Importante actuación la de Sebastián Castella esta tarde en su segundo compromiso en la feria de Burgos, donde sorteó dos toros distintos de Alcurrucén, pero con los que se mostró a un alto nivel, tanto por la calidad del toreo, como por la capacidad de apuesta y firmeza que demostró, especialmente con el quinto, toro de mayores complicaciones y más exigente, con el que Castella cortó una oreja de ley.

Ya a su primero pudo haberle cortado un trofeo, pero falló con la espada. Ese toro se movió en la muleta, pero obedeciendo siempre a los engaños, mostrándose Sebastián muy por encima de su condición, cuajando una buena faena por la ligazón y la templanza de sus muletazos. Al final se fajó en varias manoletinas muy ceñidas y emocionantes, pero dos pinchazos previos a la estocada definitiva dejaron el posible premio en una fuerte ovación que recibió desde el tercio.

Sebastián Castella volvió a estar muy dispuesto con el ya mencionado quinto, un toro alto y muy montado, que embistió con brusquedad. Ello no fue obstáculo para que el diestro francés le plantara cara con autoridad y poder, bajándole mucho la mano para poderle y llevarlo muy sometido. En una de las ocasiones el toro le pegó un derrote, llegando a hacerle un pequeño corte cerca de la boca con la punta del pitón. Castella nunca volvió la cara, y por los dos pitones lo pasó con la misma autoridad. A esa firmeza le añadió temple, por lo que su faena tuvo mucho peso y gran calado en los tendidos. Antes de la estocada le propinó un pinchazo, pero la oreja que cortó fue muy merecida y muy meritoria.

Ficha del festejo

Burgos, 2 de julio. Media entrada. Toros de Alcurrucén, bien presentados, de juego variado.
Juan José Padilla, silencio y silencio.
SEBASTIÁN CASTELLA, ovación y oreja.
Iván Fandiño, silencio y silencio.