Toda la decisión de Sebastián Castella se ha visto truncada esta tarde debido al poco juego de sus toros de Jandilla, blando y flojo el primero, y muy deslucido y parado el cuarto.

Ante este lote la templanza y la suavidad han sido las principales armas con el primero, con el que ha estado muy bien, estructurando una faena en la que Castella supo poner lo mucho que le faltó al toro. Pero dos pinchazos previos a la estocada dejaron todo en silencio.

El cuarto apuntó de salida y en un quite de Castella, pero pronto se paró, durando tan solo dos tandas. Desde ese momento el toro fue muy deslucido y Castella solo pudo mostrarse por encima, instrumentando algunos buenos muletazos, pero sin encontrar eco en los tendidos.