El Tribunal de Asuntos Urgentes de El Cairo prohibió las actividades de los grupos ultras de futbol en Egipto, tras varios graves incidentes que han provocado la muerte de un centenar de personas en los últimos años, informó una fuente judicial.
Esa corte anuló una sentencia del Tribunal de Primera Instancia, que rechazó la denuncia presentada por el presidente del club Zamalek, Mortada Mansur, que pidió prohibir las actividades de los ultras por estar implicados en actos de sabotaje y considerarlos organizaciones terroristas.
Mansur apeló esa primera sentencia y acusó también a esos grupos de prender fuego a la sede de la Federación Egipcia de Futbol, intentar a asesinarle a él y al exministro de Deportes, Alamri Faruq, irrumpir en las instalaciones del club Zamalek y causar heridas a algunos empleados.
El próximo 18 de mayo está prevista la segunda sesión del juicio, que comenzó en abril, contra 16 personas acusadas de perpetrar acciones violentas en los aledaños del estadio de El Cairo, que se saldaron en febrero pasado con la muerte de una veintena de hinchas.
Durante la primera sesión del proceso, el representante de la Fiscalía leyó la lista de las acusaciones, entre las que figuran asesinato premeditado, vandalismo, sabotaje de bienes públicos y privados y posesión de artefactos explosivos.
Los acusados negaron todos los cargos y algunos denunciaron que confesaron esos crímenes tras ser torturados, según la agencia oficial de noticias, Mena. Los hechos, en febrero Los sucesos tuvieron lugar el pasado 8 de febrero durante un partido de la primera división entre los equipos locales Zamalek y el ENPPI, en El Cairo.
Según las investigaciones efectuadas por la Fiscalía, "los Hermanos Musulmanes (declarada organización terrorista), en su empeño de destruir la estabilidad del país, aprovecharon los lazos de algunos de sus miembros con el grupo ultra del Zamalek y les suministraron dinero y explosivos para causar actos de violencia durante los partidos de la liga".
El pasado 25 de febrero, el Gobierno egipcio aprobó la reanudación de los partidos de la liga de fútbol —que había sido suspendida tras esos acontecimientos—, aunque sin público.
En otras ocasiones se han registrado disturbios antes y durante partidos de futbol, pero estos fueron los más graves desde que, el 1 de febrero de 2012, 74 personas perdieran la vida y 254 resultaran heridas en choques en el estadio de Port Said entre los seguidores del club local Al Masry y del cairota Al Ahly.
Esa tragedia sin precedentes en Egipto llevó a las autoridades a prohibir la entrada de público a los estadios, aunque en los últimos tiempos se había levantado parcialmente esa medida.