El relámpago de Usain Bolt volvió a brillar en Pekín al ganar la final de los 200 metros planos superando de manera contundente al estadounidense Justin Gatlin y ganar su décima medalla de oro en los Mundiales de Atletismo.
Bolt logró establecer su mejor tiempo del año al correr la distancia en 19,55 segundos.
La medalla de bronce fue para el sudafricano Anaso Jobodwana, quien cruzó la línea con el mismo tiempo que el panameño Alonso Edward, al final en cuarto lugar. Ambos agenciaron 19,87 segundos.
"Nunca hubo dudas de que iba a ganar ésta. Soy el número uno", dijo Bolt luego de la carrera.
"Significa mucho para mí. Estoy contento de tener 10 medallas de oro en los Mundiales, especialmente cuando la gente decía que iba a perder".
"Tenía la máxima confianza. En tanto mi entrenador tenga confianza, yo estoy súper confiado".
Su alegría fue tal que cuando se le preguntó por la caída que tuvo durante la vuelta de celebración cuando una camarógrafo lo atropelló, Bolt bromeó.
"Me trataba de matar", dijo riendo. "¿Qué es lo que pasa?, fue como si 'está ganando mucho sáquenlo de aquí'".
Agresivo
Bolt agenció el cuarto tiempo más rápido de la historia y ratificó su condición de ser el mejor velocista de todos los tiempos.
El estadounidense Michael Johnson, quien perdió su récord de los 200 metros planos cuando Bolt lo superó en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, pero que mantiene vigente su marca en los 400 metros planos, analizó para la BBC cuál fue la clave de la carrera.
"No sabíamos lo que iba a pasar en la salida, pero él ganó la carrera desde el comienzo", dijo Johnson.
"Desde el principio retó a Justin Gatlin y estuvo muy agresivo en la curva, mucho más de lo que estamos acostumbrados. Su entrenamiento ha sido muy específico. Él no estaba preocupado ya que sabía que su remate es su punto más fuerte".