Investigadores y catedráticos de la Universidad de las Américas (UDLA), analizaron la situación actual de la educación en México y concluyeron que hoy en día representa un agente de desigualdad, porque no permite la equidad entre los estudiantes de los diferentes niveles, por eso consideraron que más allá de las pruebas tradicionales, como PISA y ENLACE, resulta necesario aplicar evaluaciones que consideren aspectos humanos.
La catedrática de la Escuela de Ciencias de la Educación de esa casa de estudios, Bertha Salinas Amezcua, reveló que resulta fundamental tener una evaluación educativa, pero no desde la perspectiva de los estudios clásicos, porque consideró que son evaluaciones estandarizadas que no reflejan la realidad.
“Creo que las escuelas necesitan contar con planes de igualación social, porque si no hay equidad de acceso, crecen las desigualdades entre los estudiantes y con eso aumenta también la deserción escolar.”
Desde su perspectiva, existen tres mecanismos sociales que reproducen la desigualdad social en las escuelas mexicanas: primero, que en muchos centros educativos hay preferencia por los alumnos mejor preparados; segundo, que los estudiantes de mejores ingresos económicos y los aplicados se agrupan en determinadas instituciones, en las que son consideradas como las mejores; y tercero, hay mucha segregación y discriminación escolar entre estudiantes, porque regularmente se agrupan por niveles socioculturales.