Dijo que la medida más extrema que tomaron los dueños de estas industrias fue bajar la cantidad de contenidos en sus productos.
Sin embargo, dijo que esa medida —que no deja nada bueno a los estudiantes que consumen productos de baja calidad— ya es algo a favor de la propuesta de las autoridades de gobierno por lograr que en las escuelas desaparezca por completo la “alimentación chatarra”.
Reiteró que falta mucho trabajo por hacer, no solamente de parte del gobierno, “también tienen que apoyar los padres de familia porque la alimentación de los alumnos proviene de los hogares”.
Además, lamentó que después de tantas discusiones sobre obesidad y mala nutrición que tienen muchos estudiantes en las instituciones públicas y particulares del estado del resto del país, todavía prevalezca la misma cultura porque los estudiantes todavía no aprenden a comer de manera sana y prefieren la comida que les venden en las cooperativas que no tiene nada de saludable.