Para muchos padres de familia de la capital poblana, el regreso a clases de ayer lunes se tradujo en un verdadero calvario, porque les pegó el tráfico intenso de la salida de las escuelas después de una tranquila rutina vacacional.

Regresaron a la dinámica espantosa por las dobles y hasta triple filas que se enfrentaron afuera de las escuelas. Sin duda, Puebla un caos citadino y el resumen de la jungla, donde predomina el más fuerte o el más aventado.

El comentario reiterado de los padres de familia en las escuelas fue la odisea que pasaron para llegar a tiempo con sus hijos o simplemente para llegar al primer día de clases, ya que muchos estudiantes no lograron entrar a su primera clase.

El día de regreso a clases comenzó con cierta calma, pero la salida de las escuelas fue la verdadera locura porque los tutores se retrasaron para recoger a sus hijos, por lo que frente a las instituciones los agentes viales no se dieron a basto para atender tantos desmanes.

El operativo de regreso a clases anunciado no surtió el efecto esperado, porque el tráfico vehicular fue brutal y afuera de muchas instituciones públicas y particulares se observaron a muchos agentes que vigilaban a quienes llegaban a dejar a los escolares.

Ante las prisas de los padres automovilistas por recoger a su hijo pusieron en riesgo muchas vidas; algunos padres no se prepararon y se comportaron de la peor manera.

Al final, el saldo fue blanco, porque no se reportaron anomalías y mucho menos problemas relacionados con la seguridad de los menores de edad y de los jóvenes.

La ciudad fue un caos, pero el primer día de clases ya pasó y los tutores esperan que desde hoy todo regrese a la normalidad.