A partir de este convenio se desprende una serie de actividades como la movilidad docente y estudiantil, con el objetivo de proporcionar experiencias profesionales sobre temas y problemáticas específicas en Cuba, para plantear así temas de tesis, resaltó el maestro Arcadio Hernández Aguilar, director de la Facultad de Arquitectura.
Igualmente permitirá crear y consolidar redes de investigación académica para generar nuevos conocimientos, donde el resultado final será la publicación de estas investigaciones. La primera acción de este convenio será la publicación de un libro sobre contaminación sonora en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla.
En el marco del Foro-Internacional “Arquitectura, conservación y calidad de vida” (contaminación sonora), que realizó esta unidad académica, el funcionario destacó que la Universidad de Oriente es la segunda institución de educación superior más importante de la República de Cuba.
En representación de la Rectora de la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba, Martha Mesa Valenciano, la doctora Elsi López Arias, decana de la Facultad de Construcciones, reconoció la importancia de la vinculación: “este convenio es el segundo que establecemos con América, por lo que desde hace tiempo perseguíamos alguno con México, el cual se concretó con la BUAP”.
Al detallar la investigación sobre contaminación sonora en el Centro Histórico de la capital poblana, Carmina Fernández de Lara, líder del Cuerpo Académico de Estudios Arquitectónicos y docente de la Facultad de Arquitectura, comentó que en este proyecto la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba participará en la parte metodológica, conjuntamente con las diversas facultades de la BUAP: Arquitectura, Ingeniería y Psicología.
Esta investigación identifica fuentes sonoras fijas y móviles, es decir, los ruidos permanentes en las tiendas y de los vehículos que efectúan publicidad. “El área más ruidosa es la zona que antecede al zócalo, entre la calle 5 de Mayo y 3 Norte sobre la avenida Reforma”, donde se analizará el comportamiento del sonido.
Insistió que al no existir una legislación que regule los niveles permitidos de ruido por la Organización Mundial de la Salud (60-70 decibeles) e impedir daños a la salud, los resultados de esta investigación se presentarán a las autoridades pertinentes.