Entre éstas citó el Teatro al aire libre, con capacidad para 500 personas, escenario natural que tendrá como fondo y telón el lago de Ciudad Universitaria, donde se instalarán una serie de fuentes. Con una superficie de 2 mil 300 metros cuadrados, dicho espacio destinado para la convivencia será el elemento de remate del Andador Zen, que se integra como elemento natural al teatro y a la ciclopista.
Característica fundamental del Teatro al aire libre es el aprovechamiento de esta área y el uso de materiales ecológicos, lo que permitirá la permeabilidad al subsuelo para alimentar los mantos acuíferos a través de tierra compactada y adoquín, además que se agregará un andador perimetral al lago para que la comunidad pueda disfrutarlo.
Una obra más es el Parque del Ajedrez, ejemplo de modernidad en el que se promoverá al aire libre el aprendizaje y la práctica de este deporte de inteligencia, ubicado a un costado del Complejo Cultural Universitario, así como del Paseo Ribereño del gobierno estatal.
Asimismo, el Parque de Educación Ambiental, en Valsequillo, a través del cual se impulsará el equilibrio ambiental y el respeto por el medio ambiente.
“Se trata de obras e infraestructura que nos permitirán tener una enorme vinculación con la sociedad, porque estoy convencido que todo lo que hagamos debe tocar a las personas, convertirse en un bien tangible.”
Tras referir que estas obras serán ejemplo extraordinario de lo que la universidad puede poner al servicio de los ciudadanos, comentó que a través de éstas la UAP promoverá las bellas artes para que, junto con el Complejo Cultural Universitario, “sigamos abogando por la cultura en beneficio de los ciudadanos, porque para nosotros lo más importante es servirles a las personas”.
Consideró que el CCU es un buen ejemplo de cómo un proyecto de la institución puede transformar la vida de las personas. “Hoy el Complejo es un referente nacional, cada vez hay más eventos y más sectores sociales acuden a éste. Aquí se vive buena parte de la vida cultural y social de Puebla.”
Agüera Ibáñez concluyó que “tenemos que construir espacios para la vida social, ya que no hay nada más importante en la función pública que servir a las personas”.