Padres de familia de la institución de educación básica revelaron que las clases tuvieron que suspenderse por el “brote” de piojos entre los estudiantes y la alarma se extendió entre los tutores, quienes tuvieron que recoger a sus hijos y mantenerlos en observación ante la posibilidad de algún contagio.
Fuentes internas del instituto revelaron que, aunque se llamó a las autoridades sanitarias, la intervención no fue necesaria porque desde la administración central del nivel de primaria se tomó la decisión de suspender las actividades escolares.
Sin embargo, ante la insistencia del medio de comunicación, la respuesta fue negativa con el argumento de que no pueden atender la petición de información porque “los directores se encontraban en una reunión de trabajo”.
Ayer martes, desde la oficina del director administrativo, David Hernández, negaron los hechos y afirmaron que el titular del área no podría atender el tema por estar ausente del colegio, por lo que prevaleció total hermetismo entre los trabajadores del Instituto Andes, quienes negaron la existencia de un “brote” de piojos.