En rueda de prensa, el investigador de esa casa de estudios poblana recordó que el Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval) establece que las familias de escasos recursos gastan tres cuartas partes de sus ingresos en alimentos y destina el resto del dinero para otras actividades, por lo que hizo un llamado a las autoridades para contribuir con la economía familiar y todavía más después de la alza en los impuestos por la Reforma Hacendaría recientemente aprobada.
Gutiérrez Barrón recomendó a los integrantes de la sociedad poblana no realizar el llamado gasto “hormiga”, que son caprichos diarios que pasan a ser fugas inconsistentes del capital y que pueden devorar el ingreso mensual de las personas.
“Lo recomendable es analizar los costos de los alimentos, haciendo una discriminación de cada producto y sitio donde los vendan, porque es la manera efectiva de evitar la fuga del capital”.
Para Gutiérrez Barrón, el ingreso es lo que representa el bienestar de las familias y de ninguna manera se debe gastar en cosas que no son necesarias y menos en artículos superfluos.
“Veo difícil que las familias puedan recuperar el nivel adquisitivo que tenían hace más de tres décadas, pero espero que las autoridades apoyen en reactivar la economía y fortalecer las cadenas productivas”.
El profesor investigador de esa institución de educación superior poblana recordó que la Universidad Nacional Autónoma de Puebla (UNAM) afirma que en los últimos 30 años el salario mínimo perdió su nivel adquisitivo en 83 por ciento, por eso agregó que “hoy en día un salario mínimo apenas si alcanza para mantener a una persona”, porque en las últimas tres décadas perdió su nivel adquisitivo en un 83 por ciento.
Ante eso, el economista universitario reveló que el incremento en los precios de la canasta básica es mayor al aumento del salario mínimo, que apenas fue de 3.9 por ciento, es decir, 2 pesos con 46 centavos, lo que produce un decremento en el nivel adquisitivo.
“Lo que representa que apenas alcance para alimentar a una persona y no a una familia completa”. Por eso puntualizó que para cubrir la alimentación de cinco personas se tendría que ganar más de cinco salarios mínimos.
El catedrático de la UPAEP recordó que, de acuerdo con un estudio realizado por la UNAM, en el año de 1987 con cinco horas laboradas un trabajador podía adquirir la canasta básica recomendable para cinco miembros de su familia, pero en la actualidad un empleado debe trabajar 25 horas para poder acceder a productos de la canasta básica y solamente alcanza para una persona.