La curiosidad y la vergüenza ante una duda de carácter sexual son dos de los factores que hacen que internet se haya convertido en la primera fuente de información a la que acuden los jóvenes. Y lo hacen, según un estudio presentado durante la 41º Edición del Symposium Internacional que organiza la Fundación Dexeus Salud de la Mujer, tanto para informarse sobre temas relacionados con el sexo, los anticonceptivos o las enfermedades de transmisión sexual. Así lo ha afirmado este jueves la doctora María Suárez, de la Unidad de la Infancia y la Adolescencia de Salud de la Mujer.
La gran mayoría de adolescentes buscan en internet, desde el confort del anonimato, y muchas veces por curiosidad, pero hay que tener en cuenta que “no todo lo que se van a encontrar es cierto”, alerta Suárez. No obstante, la educación sexual 2.0 está propiciando la “concienciación de los adolescentes” ante las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.
“Son más conscientes de todo lo que hay” porque tienen más información a su alcance. Conocen los beneficios de las relaciones sexuales pero “también los riesgos”, saben perfectamente que si mantienen relaciones sin protección están expuestos a enfermedades como el VIH, explica la doctora.
Sin embargo, asegura, es también “una puerta de entrada a contenidos eróticos y pornográficos no adecuados para los adolescentes”. Estudios recientes aseguran que más de la mitad de los menores de edad han visto pornografía por internet, y un cuatro por ciento de menores de entre 11 y 12 años reciben contenidos sexuales en su teléfono móvil. “Las redes sociales de contactos también han contribuido a sexualizar las relaciones”, señala.
Por su parte, la jefe de Servicio de Ginecología de Salud de la Mujer Dexeus, Alicia Úbeda, revela que más de 1.200 mujeres visitan anualmente la Unidad de Adolescencia (hasta 21 años) de Salud de la Mujer Dexeus. Los principales motivos de acudir a la consulta del ginecólogo a esta edad son “los trastornos de la regla y el asesoramiento en anticoncepción”.
Asimismo, señala que más del 60 por ciento tienen de estas jóvenes tienen relaciones sexuales y, de éstas, un 65 por ciento optan por los anticonceptivos hormonales. Así, el método más utilizado es la píldora (51,5%) seguido del preservativo (37%) y el anillo vaginal (12%). Un 3,4 por ciento de las pacientes reconocen emplear el doble método, preservativo y anticonceptivo hormonal.