Ninguna idea supera a la realidad cuando se pretende manipularla; ése es el gran fallo de las ideologías de derechas e izquierda, que ahora pretenden imponer como pensamiento único, despreciando la diversidad, advirtió el rector de la UPAEP, Emilio José Baños Ardavín, al precisar que el cambio pretendido por la “cuarta transformación” corre riesgo si no atiende la pluralidad, por lo que derivará en un proceso democrático fallido más.
Durante su informe de actividades 2018-2019, reiteró que el peligro radica en la tergiversación de la realidad y los cauces para transformarla, por lo que el catedrático dijo que, al pasar por alto el panorama que viven los mexicanos, desnudan la situación que las autoridades pretenden ignorar.
“Por el contrario, cuando la realidad es asumida, resulta ser una gran aliada: es entonces cuando se abren rutas certeras para una transformación genuina; no se trata de deconstruirlo todo, para acabar edificando nada. La esperanza de transformación requiere de humildad para abrazar toda la realidad, con sus bondades y sus fallos, y capacidad para encausarla con la participación de todos los actores”.
Pero también recordó el sexenio del panista Vicente Fox Quesada, al acentuar que en la primera transición democrática del país, la euforia del cambio pronto se vino abajo ante los retos que la realidad multiforme del país demandaba, pero todo quedó igual.
Emilio José Baños, al referirse al segundo gobierno de Acción Nacional de Felipe Calderón Hinojosa, en 2006, comentó que se abría otra ventana de oportunidad para los ciudadanos con las reminiscencias de la alternativa democrática.
“Pero en esa ocasión prevaleció una visión miope y en ocasiones selectiva de la realidad, una perspectiva a modo”, matizó.
El giro democrático de los ciudadanos en el año 2012, ante el malogrado cambio, con el priista Enrique Peña Nieto, comenzó un nuevo espacio de oportunidad para una supuesta regeneración de la institucionalidad, pero poco tiempo transcurrió para que saliera a la luz como retorciendo la realidad en favor de intereses de grupo y particulares.
“(En ese sexenio) caímos en un nivel de corrupción prácticamente institucionalizado” que nada aportó al crecimiento de la población, pero sí de intereses particulares del grupo político en el poder a lo largo de más de un lustro.
Baños Ardavín refrendó que ante todos esos cambios democráticos que no dejaron casi nada de crecimiento al total de los habitantes en territorio nacional, en el 2018 se ha presentado una nueva oportunidad que surge de la audacia de Andrés Manuel López Obrador, al que calificó de líder porque supo recoger gran parte de los aspectos más acuciosos de la realidad del país.
“Esos aspectos exigen, en efecto, una transformación profunda; a poco más de nueve meses de ejercicio del poder, los hechos y los dichos de la nueva administración (federal) permiten advertir algunos aciertos, pero también los grandes riesgos que de no atenderse derivarán en un proceso fallido más”, advirtió.
Ante la comunidad estudiantil, aseguró, que en este sexenio, el peligro radica en la tergiversación de la realidad y los cauces para transformarla.
Bajo esa perspectiva, destacó, la nueva encrucijada democrático que conviene como universitarios ser autocríticos.
“Si en el pasado reciente no hemos avanzado ha sido por acción u omisión de gobiernos, y también de gobernados; porque hemos balconeado la vida”.
Emilio Baños conminó a los universitarios a asumir con radicalidad el espíritu característico del universitario para meterse de lleno en la vida socio-política del país.
Además, parafraseó al Papa Francisco, al exigir a los estudiantes el aportar, pero con una mirada crítica, el talento y la sana insatisfacción que surge de atestiguar realidades aunque no gusten.
“Lejos de retraernos nos impulsan a dar un paso al frente. Saber para transformar y trabajar incansablemente, con la alegría y arrojo característicos de los jóvenes, por la búsqueda de la tan anhelada unidad, desde la diversidad”.
Pidió a los chicos y chicas que desde su reflexión eleven más la mirada hacia lo que sucede en México porque se ha convocado a una transformación en la que es ineludible participar activamente.
“Ya lo decíamos en este espacio el año pasado, no podemos más que coincidir en la urgencia de impulsar un cambio de fondo; sin embargo, hay que señalar que no es la primera vez que esto se nos presenta; sólo en este siglo XXI, podríamos identificar al menos tres momentos esperanzadores, pero que se han truncado precisamente por la forma en que se han aproximado a la realidad”.