La investigación que realiza el doctor Fabián Galindo Ramírez, del Instituto de Fisiología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) señaló que las células se comunican entre sí y en algunos casos envían señales de daño que ocasionan la muerte de células tumorales, esta premisa lo ayudó a darle origen a la investigación sobre nuevos métodos para enfrentar el cáncer.

La enfermedad representa una de las primeras causas de muerte. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2012 se registraron 14 millones de casos nuevos y 8.2 millones de personas fallecidas.

En México, el tema no es menor, pues de acuerdo con la Secretaría de Salud, es la tercera causa de muerte, después de padecimientos cardiovasculares y diabetes, con un estimado de 222 defunciones al día.

Por su relevancia epidemiológica, el estudioso de la BUAP busca a través de la ciencia hallar respuestas para combatir sus causas, factores de riesgo, encontrar mejores tratamientos y nuevos métodos de detección.

Hacia este fin se enfoca la investigación del doctor Galindo Ramírez, en el Laboratorio de Cáncer y Comunicación Intercelular.

Con el mensaje adecuado se provoca la muerte de una célula y este efecto se replica en 10 más.

Este caos se genera por terapia fotodinámica, un tratamiento selectivo utilizado principalmente para carcinomas de piel con ayuda de una sustancia fotosensibilizadora, un haz de luz y oxígeno.

Las ventajas de esta técnica son atacar únicamente las células cancerosas, tiene mínimos efectos adversos, a diferencia de la radioterapia o quimioterapia, y cuesta menos que otros tratamientos contra el cáncer. No obstante, tiene poca distribución por el desconocimiento de sus mecanismos de funcionamiento.

Para generar caos intracelular, el académico del Instituto de Fisiología impregna células derivadas de cáncer de mama, próstata y pulmón con una sustancia que las vuelve sensibles a la luz.

Después, estas líneas celulares son expuestas a un rayo luminoso muy pequeño y dirigido de manera precisa a una sola célula, esto se logra gracias a la presencia de una serie de lentes que reducen el haz de luz a un diámetro micrométrico (la millonésima parte de un metro) para iluminar una célula en específico. Transcurrido cierto tiempo, esta tiene alteraciones en el nivel de calcio y muere.

“Normalmente este ion en la célula está en muy baja concentración, en el rango nanomolar, pero cuando le aplicamos esta terapia la cantidad de calcio crece en cientos o miles de veces. Si el calcio se sale de control, la célula muere”.

Fabián Galindo Ramírez, nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, destacó que este efecto se replicó en las células vecinas, ya que este mensaje de desequilibrio de calcio se transmitió en cadena a las demás sin ser irradiadas. “Generamos un daño masivo afectando a una sola célula, con efectos secundarios mínimos y ahorro de costos en infraestructura”.

El académico, quien realizó una estancia posdoctoral en el Instituto Véneto de Medicina Molecular, en Padua, Italia, detalló que las conexinas están presentes en cantidades elevadas en los bordes de las células tumorales.

Lo anterior significa que las conexinas juegan un rol importante en el envío de señales de muerte a las células vecinas y, por lo tanto, favorecen la desaparición de células cancerosas”.

Finalmente, Galindo Ramírez comentó que el siguiente paso de la investigación es trasladar los resultados in vitro a un modelo animal, para validar el efecto de la terapia fotodinámica en un organismo vivo.

Asimismo, el investigador pretende profundizar en los mecanismos de acción de estas reacciones en la unidad básica de los organismos, para potencializar esta información en otros planos de la Medicina.

“Cuando todas las condiciones sean establecidas y los mecanismos de acción de esta terapia sean entendidos, podría ser un excelente tratamiento no solo en cáncer, sino también en otro tipo de patologías, llegando al interior de órganos tan delicados como el cerebro, sin causar daño”.