La Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) reunió a seis especialistas en educación quienes discutieron qué impacto ha tenido la contingencia por COVID-19 en la educación y que retos enfrentará el país. Respecto a esto, Olga Lazcano Ponce, profesora-investigadora del Departamento de Ciencias de la Educación explicó que la pobreza es una de las variables que ha impactado directamente en el ejercicio de la educación y la continuidad del programa de estudios desde el hogar.

Durante su intervención, Lazcano analizó el aspecto económico y el impacto en la parte educativa, mencionando que, con esta situación de la pandemia de coronavirus, el INEGI está proyectando que por lo menos aumentarán 9 millones de pobres y lógicamente esto tendrá un impacto en las políticas públicas que se están llevando a cabo en México actualmente.

La realidad educativa del país, explicó, es desigual y crea una brecha que cada vez se amplía más en función de lo urbano y lo rural.

“Las carencias económicas se están traduciendo para el 48.6% en dificultades de acceso a los materiales que les facilitan los centros escolares, ya sea por no tener conexión a internet, computadora o teléfono”, explicó.

Por otra parte, Laura Porras Hernández habló sobre la tecnología en la educación, recordando que no se trata sólo de las tecnologías digitales, sino que engloba a la tecnología educativa la cual implica unir los conocimientos de las ciencias de la educación para generar innovaciones, herramientas y estrategias que puedan dar respuesta a los retos que presenta la práctica educativa.

“La educación superior estaba más preparada, pero si hablamos de educación básica tenemos una situación diferente, y ahí es donde está el mayor grupo que debe ser atendido. México es de los países que tiene un libro de texto gratuito y esta es una herramienta que debemos aprovechar, tenemos una gran cantidad de materiales que se habían generado antes”, comentó.

Durante su intervención, María de los Dolores Lozano Suárez, profesora-investigadora del Departamento de Ciencias de la Educación UDLAP, abordó el impacto de la contingencia desde lo socioemocional.

En este espacio, explicó que la situación que se vive actualmente pone manifiesto de manera más evidente la importancia de los aspectos socioemocionales como parte fundamental de la educación en el país.

“Si bien es una discusión que hemos tenido desde antes, me parece que esta situación si trae la importancia de acercarnos desde la educación a estos aspectos, porque de manera oficial en la educación el énfasis está puesto en la enseñanza de los procesos cognitivos y asignaturas por excelencia”.

Aymara Flores Soriano, profesora-investigadora del Departamento de Ciencias de la Educación UDLAP, habló sobre la sociabilidad escolar, que construye aprendizajes y experiencias en la interacción dentro de la escuela, proceso que se ha quedado en pausa al salir de este espacio por el confinamiento.

Aunado a esto, mencionó que se deben repensar las formas y los medios de reivindicar el espacio escolar para aprender a vivir con los otros en el contexto de la pandemia, construir vínculos de empatía y solidaridad, construir relaciones que trascienda la sociabilidad doméstica y repensar las redes sociales como espacios de interacción con los otros.

Por su parte, Andrés García Coca, coordinador académico de posgrado del Departamento de Ciencias de la Educación UDLAP, comentó que, “sin lugar a dudas este momento histórico impactó a la arquitectura educativa, pero no la derrumbó, ya que tenemos cimientos muy fuertes. Esto impacta a los cuatro pilares: el hacer, el convivir, el ser y el aprender”.

Para cerrar este espacio, los académicos resaltaron los retos a los que se enfrentará la educación en México, entre estos, Andrés García Coca, enlistó los más trascendentales que son: la formación docente, infraestructura, revisión curricular, innovación en la práctica, una plena convivencia, práctica de valores, aprendizaje de idiomas, la práctica y uso responsable de la tecnología, planeación y dirección de instituciones para mejorar las oportunidades educativas, reducir la brecha y la gestión educativa eficiente y participativa.

Por su parte, Porras concluyó que parte de su labor con la educación es buscar maneras diferentes de poder realizar los procesos educativos para realidades diferentes. “Como pedagogos tenemos un gran reto para reducir esas desigualdades en la formación y el aprendizaje de los alumnos y los docentes, y ver cómo integramos a toda la sociedad. En términos de tecnología educativa me parece muy importante el tener en cuenta que el usar la tecnología no se va a dar inmediatamente, es un proceso”.