"Las ciclovías que tenemos en la ciudad de Puebla, conlleva riesgo para el peatón y el ciclista, aunque abona rumbo a la conformación de un sistema de movilidad".
Para la coordinadora de la Maestría en Hábitat y Equidad Socio Territorial de la IBERO Puebla, Angélica Pérez Ramos, destacó que las estadísticas revelan que muchos accidentes en donde el usuario peatonal y de bicicleta, en ocasiones, muere porque no tienen mayor protección.
“Se trata de circuitos cortados, interrumpidos, que no tienen la finalidad de conectar un verdadero transporte de toda la población”.
Pérez Ramos detalló que el tema es que, las ciclovías están a nivel del arroyo vehicular y al no haber una cultura inserta en el que maneja el transporte motorizado, la prioridad no será el peatón, ni el ciclista.
“Lo que sucede es que las ciclovías terminan y se interrumpen, entonces el mobiliario de protección también se interrumpe y la bicicleta siguen su transcurso, entonces al no haber mobiliario de protección, el ciclista se queda completamente vulnerables".
Además, destacó, el estado de conservación de las ciclovías no es bueno, pues se encuentran muchísimos obstáculos.
"Hay referencia que se encuentra cada 20 metros un obstáculo, por eso, el usuario peatonal y de bicicleta no es la prioridad en el sistema de movilidad de la ciudad".
Cabe mencionar que, Puebla es el octavo estado a nivel nacional más mortal para peatones y ciclistas, pues en 2021 van 94 muertos por accidentes ciclistas y por eso, exigen la ley General de Movilidad y Seguridad Vial, de acuerdo al colectivo Ni una muerte vial.
La académica de la IBERO Puebla, aseguró que, el estado de las ciclovías es de no funcionamiento total, porque cuando se hace una planeación que no es la del transporte motorizado como prioridad, cuando no está en el centro el usuario ni la bicicleta, la ciclovía se hace para que no le estorbe al transporte motorizado.
"El estado de conservación de las ciclovías no es bueno, porque no funcionan como un sistema planeado para poner en prioridad en la pirámide al peatón y al usuario de la bicicleta, tampoco para conectarlo con necesidades reales de comunicación y abastecimiento de los productos, sino para actividades más de circuito turístico".
Lo que se observa, argumentó, es que se hacen ciertos circuitos en ciertas partes, pero mientras las ciclovías no se encuentren conectadas con puntos de llegadas de los usuarios, no habrá un sistema de movilidad y no funcionarán las ciclovías.
Las conexiones, dijo Pérez Ramos, pueden ser en las instituciones universitarias, centros comerciales, puntos de trabajo y centros para arribo al transporte público.
“Las ciclovías no funciona porque no están integradas en un plan de contemple un sistema de transporte que integre a la bicicleta”.
Se puede corregir el problema, reconoció la coordinadora de la Maestría en Hábitat y Equidad Socio Territorial de la IBERO Puebla, pero hay dos factores importantes a considerar, un trabajo de concientización, para que el usuario se concientice del respeto al derecho de usar las vialidades.
Además de un trabajo de empoderar al ciclista para moverse en libertad y que el Estado dé las condiciones de respeto y de seguridad que necesitan, “esto es un trabajo de todos, no solamente del gobierno o de la Secretaría de Movilidad”.