En un documento enviado al sector escolar poblano, el titular de la SEP, Melitón Lozano Pérez, trató de identificar el papel de la interacción en las emociones, en la interacción cara a cara entre aprendiente-aprendiente-educador, que ocurre el desarrollo integral de las niñas, niños, jóvenes, adolescentes y adultos.
Destacó por eso, la importancia de la presencialidad para la educación integral, en un documento enviado el pasado 03 de enero de 2022, día del retorno escolar al 100 por ciento en las escuelas públicas poblanas.
Dijo que los procesos educativos, hoy más que nunca requieren ser redefinidos, "el aislamiento prolongado en el que muchos aprendientes se encuentran exige poner atención a la importancia de la presencialidad como aspecto clave del proceso educativo-formativo".
Después de un largo periodo de confinamiento provocado por la pandemia de la Covid-19 y con elementos tecnológicos propuesto para el aprendizaje, hoy, Lozano Pérez plantea que la educación presencial es una de las herramientas más importantes en el proceso educativo.
Dijo que, además de la riqueza verbal y no verbal de las comunicaciones que ocurren en la presencialidad, la interacción cara a cara implica un tipo de vínculo, aprendiente-educador en el que las emociones se hacen presentes.
El titular de la SEP retoma que las emociones son valoraciones subjetivas que el ser humano realiza de todo lo que le sucede a su alrededor, que logra percibir y experimentar, y que involucran todo su ser y la forma en que se muestra ante el mundo.
Además, insistió en que reflejan un estado personal y colectivo, así como los contextos, acontecimientos, percepciones, comunidades culturas, historias e ideologías a las que se pertenece.
“Toda emoción responde a una forma de relación humana, por ejemplo, sentirse seguro en presencia de alguien obedece a que en la relación se brinda confianza, apertura y aceptación”.
Es en la presencialidad que se tienen tiempos para vivenciar y disfrutar de aprender, las interacciones, las ideas, las emociones vertidas en un comentario, las expresiones de los otros ante una idea o las dudas que se expresen no solo en la pregunta sino también en el rostro, en el tono de voz, el afecto sentido y no expresado entre compañeros.
Ejemplo de ello, es la sensación que puede tener el aprendiente de que el tiempo “se pasó volando”, o de que “la clase estuvo interesante o motivante”.
"Todas esas riquezas y muchas otras que se viven en el aula, entre compañeros en el momento de entre-aprender son las que cargadas de emoción nos hacen ser lo que somos", reiteró.
En otras palabras, dijo el secretario de Educación de Puebla, conviene señalar que en la presencialidad es más fácil reconocer las manifestaciones afectivas, los gestos, la mirada, la aprobación, la comunicación, el tono de voz, entre otras.
Lo anterior, posibilita al educador generar ambientes propicios para el aprendizaje, en el entendido que las emociones son disposiciones corporales dinámicas que definen los comportamientos y que cuando se cambia de emoción, se cambia de comportamiento.