"Es un buen momento para considerar que los presos sean productivos y que generen recursos para su sostenimiento", aseguró la profesora de planta del departamento de Derecho del Tec de Monterrey campus Puebla, Juliana Vivar Vera.
“Se hace en algunos penales, pero de manera muy aislada y a propuesta de los propios internos, sí se hace, pero no es una práctica que sea homologada”.
Dijo que, en el estado de Puebla, no se lleva a cabo, desafortunadamente, pero en otros estados se hace de manera muy aislada, donde venden sus productos, “pero no es una práctica que sea homologada”.
Para lograrlo, dijo, hay personas que pueden dar cierto tipo de instrucción en algún oficio, incluso de educación, “a solicitud o interés de la persona reclusa, para que puedan hacer sus productos para ponerlos a la venta”.
La académica, aseguró que, será posible gracias a los controles generales que tienen dentro de las prisiones, que deben tener por ley, a favor de las personas privadas de la libertad.
Incluso, existe la posibilidad, que personas externas entren para darles capacitación o talleres en algún oficio, “pero esto debería de ser, incluso, una dinámica y política para que sean productivos y con eso puedan mantenerse”.
“No ha sido una política dentro de la prisión, porque se ha comprobado que las prisiones en México que lo hacen, el dinero se queda dentro de los mismos grupos de poder dentro del reclusorio, les quitan el dinero”.
Vivar Vera, dijo que, hay muchas personas privadas de su libertad, que venden sus productos, como bolsas y material reciclado incluso, pero lo que sacan de la venta se lo quitan, “eso desanima a las personas que lo hacen, para seguirlo haciendo”.
Para lograrlo, dijo la profesora de planta del departamento de Derecho del Tec de Monterrey campus Puebla, falta una política de combate a la corrupción dentro de la prisión y que haya condiciones para que lo productivo se institucionalice en las cárceles.
El proyecto de lograr que sean productivos, se puede aplicar en cualquier momento y hacerlo con estrictos controles y vigilancia de las personas que lo hagan.
Hasta pueden descubrirse esos talentos que tiene cada persona y una vez que termine su condena pueda dedicarse a eso con un seguimiento del Estado, en que pueda tener su propio negocio.
Dijo que, algunos que estudian una carrera profesional en el reclusorio, que pueda ejercerla cuando salen, “todo bajo un seguimiento holístico, con seguimiento, vigilancia y supervisión”.
El proyecto, dijo, puede ser factible como política pública, porque abona a que haya una verdadera reinserción social, “que se aplique y se institucionalice como una política pública el hecho que personas privadas de la libertad, realicen una actividad productiva”.
“No es obligatoria para todas las personas, pero debería serlo, que exploten sus talentos en un oficio o una profesión, debería ser bueno, esto abona a su reinserción, lo importante es que fuera de la prisión, el Estado se asegure que estuviera en condiciones de ejercer esa profesión o oficio”.