"Mientras la mayor parte de la población no se vacune contra el nuevo coronavirus, el fin de la contingencia sanitaria es incierto", refirió Rocío Baños Lara, investigadora de la Facultad de Medicina de la UPAEP.

La también directora del Centro de Investigación Oncológica "Una nueva esperanza", remarcó que la mayoría de defunciones a causa del Sars-Cov-2 (coronavirus) corresponde a personas que sólo tenían una de las dos dosis de la vacuna, o bien, que no se habían inoculado.

Precisó que en la actualidad, ha disminuido el índice de mortalidad debido a las campañas masivas de inoculación, sin embargo, aclaró que a pesar de esto, todavía se desconoce cuándo terminará la pandemia en cuestión.

“No sabemos cuándo va a terminar la pandemia, por esta situación que les platico, que no estamos inmunizados todos al mismo tiempo”.

Apuntó que es muy posible que experimentemos una nueva ola de contagios con motivo de que en el periodo vacacional de Semana Santa se dejaron de acatar las principales medidas preventivas como el uso de gel antibacterial y cubrebocas.

“En este escenario se vivió la Semana Santa, con exceso de confianza y en algunos espacios se olvidaron de la sana distancia y dejaron atrás el uso de cubrebocas”.

Añadió que, por lo general, las oleadas o incrementos marcados de contagios se suscitan al inicio de las estaciones de verano e invierno.

“Las curvas epidémicas son diferentes para cada país, en algunos se han presentado más oleadas, en algunos el número de casos es hasta 10 veces mayor de lo que se ha presentado en México, pero el patrón de coincidencia parece ser en verano y en invierno”.

La especialista de la UPAEP estuvo en desacuerdo con eliminar el uso de cubrebocas como ya ocurre en algunas aerolíneas internacionales, al subrayar que las vacunas sólo reducen el riesgo de muerte y hospitalización, pero no los contagios.

En ese sentido, señaló que los barbijos o ese tipo de accesorios son necesarios, sobre todo en espacios que no permiten mantener la sana distancia.

“Entonces, el problema siempre con quitarnos el cubrebocas es que estamos más expuestos, tanto a diseminar la infección si es que somos portadores en periodo presintomático o si somos asintomáticos”.

Con base en algunos estudios médicos, la especialista hizo énfasis en que la inmunidad de las vacunas disminuye a partir de los dos o tres meses, por lo que exhortó a la sociedad a no relajar las medidas preventivas de salud.

Acerca de un cuarto refuerzo para la población mexicana, indicó que las autoridades sanitarias están pensando ello para las personas que tienen el mayor riesgo, que son los adultos mayores a 60 años.

“Serían los candidatos para la cuarta aplicación o el segundo refuerzo, en el caso de las personas que tienen el esquema de las dos dosis, en Estados Unidos y otros países ya se ha aplicado la cuarta dosis”.

Afirmó que, en términos de salud pública, es mucho óptimo y recomendable que se vacunen las personas que no han sido inoculadas, por ejemplo, los menores de edad.

Agregó que no hay certeza para saber si los niños son fuertes transmisores del Sars-Cov-2, pero avaló que haya una vacuna para ellos.

En otro orden de ideas, dijo que, aunque ya se acabe la campaña masiva de vacunación, deben continuar los módulos permanentes de atención para la aplicación.

Por último, dijo que apenas dos empresas en Estados Unidos están autorizadas para vender vacunas anti-Covid en las farmacias.

“El problema es que no todas tienen todavía la autorización completa para su venta, me parece que son solo un par las que ya se comercializan, pero no todas. La prioridad es inmunizar a todos antes de la comercialización”, finalizó.