El Partido Acción Nacional (PAN) en el estado de Puebla, está extraviado, confrontado consigo mismo e incapaz de pasar la página para pensar en estrategias, más bien, se queda en las diferencias personales.
Así lo declaró el analista político de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz, “en este momento se esperaría un proyecto alterno a lo que se visualiza a nivel estatal, pero que sus divisiones internas lo impiden, de manera que veo un partido confrontado consigo mismo”.
El PAN no ha sabido procesar la división que generó la incorporación de la corriente del morenovallismo en sus filas, que no tomó nota de lo que dicho viraje iba a implicarle.
Por eso, dijo, estamos viendo esos resultados, más aún con la renovación de la dirigencia en la persona de Augusta Díaz de Rivera, que no ha logrado con su equipo cercano, sanar las heridas generadas por la corriente del exgobernador Rafael Moreno Valle.
Ya no se trata de limar asperezas que hablarían de diferencias superficiales, aclaró, sino de sanar las heridas que trajo el desplazamiento de esa corriente que se le dio tal relevancia y centralidad y protagonismo en el gobierno del estado y en el propio PAN.
Lo que se observa, dijo el académico de esa universidad jesuita, es una herida que sigue supurando, que no ha sabido ser atendida y que al principio parecía haber indisposición de la parte agraviada y despreciada encabezada por la anterior dirigente Genoveva Huerta Villegas.
Sin embargo, hoy vemos una indisposición de ambas partes y eso lleva a que sean instancias nacionales que tienen que intervenir para subsanar esas diferencias.
“Ha quedado claro que el PAN en Puebla solo no será capaz de darle cauce a esta confrontación, que son confrontaciones de orden político que están más allá del asunto de género”.
Alonso Muñoz, aseguró, no vemos en este caso un tono que pueda haber más cargada de testosterona, por eso, el conflicto es de orden político por el control del partido, que implica a mujeres y a varones.
Eso, aseguró, tiene que ver más con el perfil que le quieren dar al partido pero que tiene afectación que ocupan las mujeres, sobre todo de las que intentan ocupar una postura más crítica.
La presencia de las mujeres al interior de los partidos y de la vida pública pasa por una coyuntura importante que es la paridad en todas las posiciones y en todos los cargos, que es positivo, pero no suficiente.
El hecho que haya mujeres en los partidos políticos no garantiza que haya una agenda preocupada por la posición de la mujer en la sociedad, eso no se da en automático.
Incluso, concluyó, puede ocurrir que haya varones que tenga una agenda más clara del tema de las mujeres que una mujer, sea representante, dirigente o funcionaria.