La Prueba PISA es aplicada en más de 80 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la cual México es integrante y en la más reciente prueba en 2018, calificó en los últimos lugares. Así lo denunció Paulina Amozorrutia, dirigente de la asociación Educación con Rumbo.

Dijo que, en la actualidad, la Secretaría de Educación Pública (SEP) sólo aplicará la prueba a 8 mil 50 alumnos de 312 escuelas a nivel nacional.

Por eso, ya preparan una iniciativa familiar por la desaparición de escuelas de tiempo completo.

“Considerando que en México contamos con 2 millones 085 mil 462 alumnos en tercer año de secundaria en este ciclo escolar la cantidad de la población a la que se pretende evaluar representa únicamente el 0.38 por ciento de la población.

“El tema de fondo es la opacidad, la falta de resultados en el aprendizaje, una visión miope sobre la evaluación”.

"México requiere desarrollar una política robusta de evaluación del aprendizaje de sus alumnos para tomar mejores decisiones para aumentar el aprendizaje de 36 millones de estudiantes”, reprochó Paulina Amozurrutia.

"Lo anterior, sin contar a los estudiantes que se encuentren en el primer año de educación media superior, ya que en estos grados escolares se encuentra la población de entre 15 a 16 años”, afirmó.

Señaló que, ante la falta de información, no se puede determinar un cambio de currículo que no está debidamente articulado de las deficiencias de las evaluaciones que hasta el momento se conocen.

Y es que, eso hace que vayamos a ciegas, es decir, que no tengamos elementos que permitan la toma de decisiones con toda la seguridad y no de manera intuitiva como pretenden hacerlo las autoridades educativas, reclamó la Coordinadora Nacional de Educación con Rumbo.

Agregó que las evaluaciones estandarizadas ayudan a conocer el nivel de dominio que tienen los estudiantes en cada asignatura y grado escolar.

Además, ayuda a conocer en qué medida el sistema educativo nacional y el de los estados cumplen con los planes y programas de estudio, para poder diseñar e implementar políticas públicas orientadas al mejoramiento educativo del país.

Asimismo, representa una oportunidad para evaluar la eficacia e impacto de los programas y políticas educativas que implementen las autoridades educativas federal y estatales.

Además, proporciona información para conocer cómo se encuentra un país respecto al resto de las naciones y en qué medida sus estudiantes adquieren las competencias escolares básicas.

Por lo anterior, Educación Con Rumbo propone tres puntos muy concretos: no cancelar la aplicación de pruebas, realizar pruebas censales para conocer el nivel de desempeño de todos los estudiantes y finalmente, tomar muestras que sean representativas para la aplicación de las pruebas.