La reforma electoral presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se observa en el contexto del embate del que considera que no está cumpliendo de manera imparcial sus funciones electorales. Así lo aseguró el académico de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPAEP, Juan Carlos Espina Von Roehrich, al señalar que en lugar de pretender una mejoría, que siempre es posible y deseable, el sistema electoral va a pique.

Recordó que, siempre los sistemas electorales, sirven para alimentar los órganos del Estado y los sistemas políticos siempre son susceptibles de mejoras.

“No podemos hablar de que nuestro sistema actual sea perfecto y no obedezca a alguna revisión, pero la reforma electoral que plantea el presidente es un retroceso”.

Por otro lado, advirtió que, todo parece indicar que no tendrá muchas posibilidades de prosperar, dada la actual situación de la correlación de fuerzas políticas al interior del Congreso federal.

Lo anterior, expuso, obedece a un esquema que desconoce los fundamentos de un sistema republicano de división de poderes.

Es un intento, que va en la misma línea que ha seguido el presidente en los últimos tiempos de combatir los órganos del Estado que son constitucionalmente autónomos, para empezar el poder legislativo y el poder judicial.

"No olvidemos también en la intentona de disminuir la autonomía de los órganos que según la constitución deben gozar de autonomía”.

Espina Von Roerich aseguró que en los últimos meses y quizá años, se ha notado un intento para disminuir la capacidad de maniobra, desde la Comisión de Derechos Humanos (CNDH), así como órganos como el INEGI, donde puede tener mayor control y particularmente el INE, con el que se ha referido el presidente con singular virulencia.

Sobre la representación directa y la proporcional, dijo que, siempre es interesante ver como es posible alcanzar un mayor equilibrio entre la representación directa y la proporcional.

Por eso, reveló que, el sistema mixto de México, de 300 de mayoría y 200 proporcionales es un buen sistema, “nunca he estado a favor de eliminar la representación proporcional”.

Sin embargo, con la reforma electoral, se elimina la representación directa y se va todo a un sistema muy complejo de representación proporcional, que recuerda una situación estamentaria.

“Lo que plantea es una representación proporcional por Estados que se aleja del principio republicado, de las democracias liberales en donde el pueblo elige directamente a sus representantes por distritos”.

Afirmó que sería peligroso y un gravísimo daño a la democracia mexicana, la elección de las propias autoridades en un esquema medio asambleísta, que sería completamente catastrófico.

"Lo que pretende evitar la intromisión de los partidos políticos en la designación de las autoridades en un esquema de asambleísmo quienes van a considerar incorporar miembros a los órganos electorales son los que tienen maquinaria electoral para movilizarlos y elegir autoridades electorales", finalizó.