Menos del 5 por ciento del total de empresas factureras en el país, son detectadas a tiempo y sus propietarios son detenidos, porque la gran mayoría lleva a cabo sus operaciones ilícitas sin que la autoridad note su falsedad.
El profesor investigador de la licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la UPAEP, Anselmo Chávez Capó, señaló que se detectan cantidades muy bajas de empresas factureras de operaciones simuladas (EFOS).
Sus características son, dijo, que no tienen activos, personal, ni infraestructura, además, buscan locales o casas alejadas para instalarse, solamente para contar con un recibo de renta, uno de luz e instalarse.
“Otro punto importante, es que no se localizan, es difícil localizar en ese domicilio fiscal y cuando la autoridad llega a buscarlos ya no están, hacen contrato de seis meses o un año y el dueño del local no sabe que se instaló una empresa facturera”.
Sin embargo, para efecto de conocimiento, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) tiene lo que se llama alerta para listas negras por medio de la cual se conoce de manera oportuna si la empresa está catalogada por este servicio como facturadora de operaciones ilícitas.
“Ahí está el control y es detectado como consecuencia de montos facturados y su desaparición, el SAT tiene identificado el patrón, encuentran focos rojos, que está facturando mucho y no presenta gastos y en ese momento se le busca”.
Hay un procedimiento que tiene la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHP), que es el detectar por medio de una visita o una información que esas empresas factureras de operaciones simuladas, ante lo que, podrían ser acusadas.
Además, son empresas que abren cuentas bancarias, porque tienen la personalidad jurídica, pero reciben los recursos y desaparecen, la dan de alta, cobran todo el dinero y se dan de baja.
Un aspecto importante es que tienen modos muy altos de operación de ingresos, de recursos y no tienen gastos, “cuando se hace el acta constitutiva, su razón social empresarial es alta y puede ser desde comercializadores hasta vender instalaciones eléctricas”.
Las EFOS son tan cuidadosas, que a veces, hacen un clúster en que hasta seis empresas se dan de alta en el mismo lugar y una característica es que cuando andan buscando las personas que el mismo domicilio pertenece a tres o cuatro compañías.
El analista financiero de la UPAEP informó que, a principios de abril del año 2022, había 11 mil empresas factureras en el país, “esto lo único que nos muestra es que la capacidad de crearlas, conservarla y hacer negocio todavía sigue siendo muy grande”.
Agregó que, se pueden generar de manera muy rápida y con eso nos damos de cuenta que, si bien la autoridad fiscal busca este tipo de empresas, es muy difícil controlarlas.
Los particulares o entes públicos que las contratan no saben que son factureras, dijo Chávez Capó, además, hay quienes lo hacen de buena fe, pero es mínimos.
“Saben que realizan actividad ilegal al ofrecer una factura sobre bien o servicio, que no fue otorgado el bien o no fue realizado el servicio, pero existe esa posibilidad”.
Un mecanismo que tiene la autoridad dijo Anselmo Chávez, es aplicar un proceso administrativo, que les representa un costo de 25 mil pesos aproximadamente, aunque corren el riesgo de destinar recursos y ya no encontrar la empresa.