Previo a la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), es el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, que está logrando, con su más reciente descalificación a la propia sociedad que se va a movilizar este fin de semana, unir a diferentes figuras de oposición en contra suya.
Para el analista político de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz, dentro de esa oposición destaca la iglesia católica, que ha declarado que la propuesta de reforma que plantea el mandatario nacional se trata de una regresión democrática.
Ante eso, dijo, “me parece que no está calculando el impacto político que pueda tener esta movilización, estimo que no será muy grande y que todavía hay cierta resistencia de algunos sectores sociales que si bien defienden la autonomía y la imparcialidad del instituto sí están en contra de la reforma electoral”.
Ese último grupo, dijo el académico de esa casa de estudios adscrita a la Compañía de Jesús, no está tan entusiasmados de salir a marchar codo a codo con partidos políticos que también le han causado un daño importante a esa institución y no se diga a la democracia mexicana.
Por eso, dijo, para convocar a movilizarse hay que tener autoridad moral y de los que convocan no todos la tienen, “no estoy descalificando la movilización, a los que decidieron acudir, está bien, por defender al INE”.
Sin embargo, no da mucho aliento que quieran tranquilidad democrática de marchar codo a codo con quienes forman parte del problema, “ahí enfrentan sus límites y sus déficits esta movilización”.
Alonso Muñoz, destacó que, será José Woldenberg el único orador, al término de la movilización a nivel federal, “eso sin duda, anticipa esta lectura que en el INE debe prevalecer el perfil ciudadano, aunque sabemos que los principales convocantes son los partidos políticos de oposición, claramente el PAN y el PRD".
“De manera que auguro que los ámbitos locales será una movilización importante pero no mayoritaria”.
En relación con los dos consejeros, Loreno Córdoba Vianello y Ciro Murayama que lo han politizado, Roberto Alonso dijo, “lo que no me gusta ni de uno ni de otro, es que han querido asumir la voz de un instituto que no es uniforme y que es plural”.
“El caso de Lorenzo Córdoba se entiende porque tiene la presidencia del consejo general y tiene esas facultades, pero no perdamos de vista que actualmente son 11 consejeros, hombres y mujeres y no todos piensan igual”.
Me parece que se ha centralizado demasiado la figura en uno y otro, y eso ha opacado otras voces y otras figuras que están en el instituto, quizá más dialogantes.
Ante eso, dijo que, hay que hacer conciencia que el INE no es perfecto, porque si bien ha logrado garantizar alternancias democráticas en los últimos años, eso ha sido a costa de tropiezos, de muchas acusaciones.
“Es importante revisar el sistema electoral, no para refundarlo, porque hay cosas que se tienen que mantener, pero no asumir la posición de que no se toca”.