La transición del gobierno del Estado de Puebla se observa con estabilidad en términos generales, “ni el más acabado ni el más completo de los gobiernos tiene los mejores resultados en todo su espacio de influencia o de ejercicio del poder público”.
Así lo aseguró el analista político de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz, quien aseveró que, se logró una transición muy afortunada, legal y legítima y lo más prudente para el actual gobierno es que mantenga ese tono de apego a la legalidad como a la legitimidad.
Por eso, está en la posibilidad de poder cerrar el sexenio cuyo origen fueron las urnas y que, en este caso, tiene que oscilar de manera responsable, de manera muy quirúrgica entre la manutención de un legado y el propio sello que pueda imprimirle a sus decisiones.
“Ya lo está haciendo al mantener trabajo al interior del Estado y con mayor movilidad, ahí radicará el sello o la impronta que le imponga”.
Por eso, entre el poder ejecutivo y el legislativo del que procede el mandatario poblano, Alonso Muñoz, espera un diálogo de horizontalidad, de construcción de decisiones ente los poderes legislativo y ejecutivo para beneficio del Estado de Puebla.
“Ojalá que el legado del gobernador sea, ya no ser el gran legislador, sino de un ex parlamentario que sabe dirigirse al poder legislativo con racionalidad y con altura de miras, que no se impone, sino que construye”.
El también coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Ibero Puebla, dijo que, no es una obligación del gobernador hacer ajustes en su gabinete, más aún cuando le queda menos de la mitad a este sexenio.
“Me parece que todo ajuste en este conjunto de secretarías tiene que ser justificado, ser resultado de una evaluación del trabajo que hace determinada oficina, no solo de su titular”.
Sobre llevar a cabo los cambios para imprimir su sello, dijo, habría que ponerlo en duda, porque en sus declaraciones iniciales quiere cerrar el sexenio como si fuese barbosista, manteniendo el legado, los énfasis, los acentos y el tono del anterior gobernador.
“Esa será una parte de su política de gobierno y otra será la propia, de su circunstancia concreta”, además de mantener ese legado político querrá dejar algo propio.
Desde ahí, dijo el académico de la Ibero Puebla, se tienen que entender los movimientos que haga, como pasó en la Secretaría de Gobernación, pero tomar la decisión de quitar a alguna persona por introducir a sus más cercanos, a su grupo más cercano, a alguien de sus confianzas tendrá que ser justificado por el legado que quiere mantener.
“Esa es la complejidad que tiene que tomar un gobierno que está por terminar”, dijo, además de la racionalidad que se exige en cada nombramiento y ajuste en cada institución pública dentro de la administración pública estatal.
Más aun, dijo Roberto Alonso, si consideramos que el actual gobernador tiene planeado dar continuidad al gobierno del exmandatario Miguel Barbosa Huerta, tiene que ser muy bien pensado.