Más de la mitad de las personas que están privadas de la libertad en cárceles de Puebla, están sin sentencia, están en prisión preventiva, es decir, no saben si son culpables o no, a pesar de que, existe una sobrepoblación penitenciaria.

Para el responsable del área de seguridad y justicia del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE) de la Ibero Puebla, Tadeo Luna de la Mora, alguien puede estar en prisión preventiva por cometer un delito no grave, que son los menos.

"La mayoría, están en prisión preventiva porque no tienen para pagar fianza o para pagar un buen abogado que les consiga un acuerdo con la posibilidad de llevar su proceso en libertad".

Esto es especialmente grave, porque la propia ley ya da muchas opciones además de la prisión preventiva, con actividades para garantizar que no se fuguen, que no escapen y eso es algo que no se está utilizando, dijo.

En lugar de ocupar las opciones que da la ley, pareciera que una vez más la respuesta fácil es ampliar las prisiones para llenarlas de más gente que no estamos seguros si son culpables o inocentes porque no tiene sentencia.

“Son más de la mitad de las personas que están privadas de su libertad en el Estado de Puebla, sin una sentencia”.

y aunque, aseguró que, no está seguro de si la estancia en prisión aun siendo inocente, los pone en tentación de caer en un delito, dijo que, estar privado de la libertad te pone en especial estado de vulnerabilidad.

Y es que, con eso, se rompen los lazos familiares, en términos de delincuencia, porque muchos de ellos son jóvenes y tienen dependientes económicos y al estar privado de la libertad, con sentencia o sin sentencia, la familia deja de tener un ingreso económico.

"Los obliga a que las propias personas de la prisión se pongan “creativos” y hacen un esfuerzo por obtener dinero, “tenemos el ejemplo clásico de las extorsiones telefónicas, que muchas se dan desde prisión o inclusive que las familias que sufren la precarización económica”.

Por eso, a raíz del ingreso de un familiar en la prisión pueden verse tentados en entrar a la delincuencia en la búsqueda de proveer a la familia de un recurso.

"Con las condiciones actuales, el hacinamiento, la falta de condiciones dignas, el poco personal para el total de personas en las cárceles, es muy difícil que personas privadas de la libertad inicien estos procesos de transformar su vida para bien".

"Después de lo que vimos en Ciudad Juárez, hay mucha corrupción al interior de los centros penitenciarios, como lo que pasó con el caso del niño Tadeo en el penal de San Miguel en Puebla”, finalizó.