De acuerdo con cifras de la UNICEF México, 6 de cada 10 niñas, niños y adolescentes entre 1 y 14 años han experimentado algún método violento de disciplina infantil en sus hogares.

El Observatorio de Violencia Social y de Género, de la Ibero Puebla que dirige Ana Gamboa Muñoz, de ese grupo, las niñas y adolescentes son las más afectadas, ya que, 7 de cada 10 fueron víctimas de agresiones en sus hogares.

"Esas actitudes de los adultos, sobrepasa la libertad y la voluntad de las niñas y las adolescentes con respecto a sus padres, cuando sucede la sustracción de menores y al ser objeto de violencia de género".

La académica explicó que las niñas y las adolescentes, se convierten en un medio de coacción y control por parte de los cónyuges o concubinos, particularmente de los varones, para presionar, intimidar y violentar a la pareja e impedir una separación.

Recordó que, la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), reveló que, en el año 2017, existieron 119 denuncias por el delito de sustracción de mujeres menores de edad, de las cuales en ninguna se dictó medidas de protección.

Lo anterior, llama la atención del OVSG, porque al ser un delito tipificado en el código penal del Estado, existe escasa información oficial y pública sobre el comportamiento del agresor.

De acuerdo con datos del Observatorio, en el mundo, algunas de las expresiones, consideradas como violencia de género contra niñas y adolescentes en ámbitos familiares, incluye la violencia familiar, la sustracción de menores, el matrimonio forzoso o servil, además del abuso sexual.

"La gravedad de estas expresiones de violencia es diferenciada por cuestiones de género, porque la violencia familiar interiorizada en niñas en comparación a la de los niños, se manifiesta en proporciones desiguales de poder y dominación y recae en la persistencia intergeneracional".

El estudio menciona que, si bien existe una naturalización de la violencia hacia las niñas, niños y adolescentes en el seno familiar, en el caso de las niñas y adolescentes, la violencia se prolonga y continua en su etapa adulta.

Y es que, las mujeres siguen estando sometidas a otras experiencias de violencia a partir de la sumisión, la dominación y del poder.

Ante eso, llama la atención que casi la mitad de todas las niñas del mundo, entre 15 y 19 años, que representan unas 126 millones, opinen que los golpes o palizas a las esposas se justifican, de acuerdo a cifras de la UNICEF.

"Existen causas estructurales que intensifican y favorecen las situaciones de vulnerabilidad que viven las niñas y una de ellas el adultocentralismo, en el que culturalmente estamos inmersos".

"Lo que prevalece, es la hegemonía del discurso, para y por los adultos, lo que hace invisible a las niñas y adolescentes, como sujetos de derechos y validez de la experiencia infantil en contraste de la adulta", finalizó.