"Las empresas instaladas en Puebla estuvieron siendo sancionadas, pero ahora mismo, ya no se sancionan y solo verifican nada más que tengan sus licencias y sus permisos para operar, es fundamental la verificación a fondo”, lamentó la académica de la Ibero Puebla, María Eugenia Ibarrarán Viniegra.
La también investigadora del Instituto En Investigaciones del Medio Ambiente (IIMA), aseguró que el problema es que las dependencias encargadas de verificar y sancionar no tienen presupuesto.
Por lo tanto, aseveró, no pueden medir la calidad del agua ni la calidad de contaminantes, para darle seguimiento a lo que realmente las empresas están haciendo.
“Una cuestión fundamental sería fortalecer esos programas para tener suficientes supervisores bien pagados para que puedan revisar lo que está pasando para que se sancionen, pero que sean sanciones sumamente relevantes para que tomen decisiones y realmente puedan corregir”.
La investigadora del IIMA, dijo que, hay tres fuentes de contaminación del agua: la primera, los municipios, que poco tratamiento le dan al agua, y generan aguas negras a los ríos; la segunda, las empresas que contaminan, que lo hacen con metales pesados y tóxicos.
Ante eso, mencionó que, generan un alto daño, que puede ser de mucha mayor importancia, y la tercera fuente de contaminación, la generan los agricultores, que tiran sus desechos a los mantos freáticos, con una contaminación enorme.
Para todo eso, dijo, las autoridades que regula, debe ser la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), pero la calidad del agua tiene que pasar por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), por el aire, la Secretaría de Medio Ambiente, además de otros organismos desconcentrados, y la Comisión Ambiental Megalopolitana (CAME), la parte del aire.
La experta en investigaciones del medio ambiente dijo que, la recomendación es aumentar las sanciones y las supervisiones, tener probabilidad de que te detecten y puedan corregir.
"Aunque hay aspectos de las empresas que son regulados por los gobiernos, dijo que, tienen problemas con los permisos que necesitan, el punto es que empiecen a medir sus emisiones, para que puedan empezar a aplicar sanciones".
Ibarrarán Viniegra, dijo que las empresas deben tener sanciones importantes que le representen un gasto importante, “entonces tenga que empezar a invertir en tecnologías para bajar sus emisiones contaminantes”.
“Las empresas, no porque están ahí y porque generan empleos, no se tienen que regular, porque generan muchas emisiones, por eso, la importancia de las sanciones, pero si no existen o son muy bajas no tiene ningún sentido hacerlo”.
La investigadora del IIMA finalizó explicando que, así como muchas cosas se deben dar incentivos, con la finalidad que reduzcan las emisiones, “la tarea es controlarla sobre todo en la parte norte”.