La propia jurisprudencia internacional, los estándares internacionales de derechos humanos lo que señalan es que hay un par de límites muy concretos para el ejercicio de la libre expresión, que es el discurso del odio y el discurso de la violencia.
Así lo alertó el analista político de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz, quien afirmó que, hay expresiones dentro de las instituciones públicas dentro de la ocupación del espacio público que merecen la mayor condena posible, porque hasta en el ejercicio de la libertad de expresión hay límites, “ningún derecho es absoluto”.
Lo anterior, tras los ataques y la quema de una piñata con el rostro de la ministra Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), durante la marcha por el aniversario de la Expropiación Petrolera.
“Sin caer en una salida que sea fácil para una movilización, porque hayan acarreados, porque hay gente que ha sido trasladada porque quizá no tiene los elementos argumentativos ni los datos concretos que justifican su participación”.
“Lo que vimos representado en esta imagen que merece la mayor condena de todas las aristas posibles, en términos políticos lo que vimos fue justamente una expresión tanto de odio como de violencia”, que se debe evitar rumbo a la contienda presidencial.
Agregó, que fue un acto de odio por lo que representa la figura de la ministra de la SCJN y de violencia por la manera en cómo se quiso mostrar rechazo, antipatía y animadversión, “que es posible mostrar todo eso democráticamente hacia una figura política pero no de la manera como se llevó a cabo”.
Alonso Muñoz, aseveró que, se usó una representación que se debe desaparecer, eliminar y erradicar del espacio público porque no están de acuerdo con ella.
Porque eso, es el resultado de la exacerbación de los ánimos y los afectos políticos y de la polarización que este gobierno ha favorecido, que no es el único responsable, pero que, incluso se nutre políticamente de esa polarización que le ha beneficiado.
“Hay una consecuencia que se puede extraer de ese ánimo, de esa crispación social y política que existe en el país”.
Y es que, dijo, hoy fue la ministra Norma Piña pero mañana podría ser la presidenta de quien ocupe el próximo año legislativo la mesa directiva del senado y de la cámara de diputados o bien alguna lideresa o alguna dirigente de un partido político y eso no ayuda.
Roberto Alonso, señaló, “el presidente lo reconoció de amigos y enemigos, como una lógica política en la que, al enemigo hay que nulificarlo y neutralizarlo, en términos bélicos hay que desaparecerlo”.
Más bien, es urgente una sana polarización política, que colocaría a los bandos en disputa en una lógica de adversarios y al adversario se le contraargumenta, se le replica, se le critica, pero no se le desparece ni se neutraliza dentro del espacio político, del espacio público.
“Esa acción merece la mayor condena y recordar que hasta el ejercicio de la libre expresión tiene límites”.