Especialistas en educación y medios de comunicación, advirtieron que los niños menores de 10 años pueden consumir contenido sexual explícito y lo mismo sucede en la red social Tiktok.

Para la profesora, escritora y periodista de la Universidad Austral de Argentina, Merónica Toller, el consumo permanente de un niño de 10 años, que es la edad promedio de ingreso a la industria del cine para adultos.

"La sociedad actual tiene un caos pornográfico y los hijos lo saben, porque el consumo te pudre la mente y te hace adicto, por lo que, cada vez más, tienes acceso a ese material".

La académica alojada en la UPAEP para llevar a cabo estudios comunes dijo que, el acceso permanente a este tipo de material pudre el alma de la persona que los consume.

Por otro lado, explicó que el mirar ese tipo de vídeos, les hace pensar que la mujer es un instrumento, un entretenimiento y un objeto que se puede usar para satisfacer otro tipo de deseos.

"Después se pasa al consumo de la prostitución, al consumo de carne pagando por ello, con lo que estigmatizan a las mujeres en esa actividad".

El problema de esta situación, apuntó la académica, es que “no se dan cuenta que, por 15 minutos, por una hora, lo que haces es comprar carne humana y piensas que es lo único que hay”.

Merónica Toller, aseguró que eso se convierte en producción de materiales de otro tipo porque se filma y termina dentro de la rueda del delito.

"El marco jurídico es muy importante para impulsar el control de acceso a este tipo de contenidos, que juega siempre a favor o en contra y no hay nada que hacer, pero muchos terminan arrastrados por esa actividad".

La profesora dijo que, cuando existan mejores leyes tendremos mayores herramientas para poder tutelar a las mujeres.

Entre más los riesgos y las amenazas son combatidas es mejor, aunque no es el único factor que ayuda, no solo con leyes se puede lograr el total respeto de género”.

Cabe mencionar que, dentro de la ley todavía hay mucho trabajo por hacer, ya que, hay espacios en que no se puede incidir para castigar delitos como los de esta industria.

Además, el surgimiento y socialización de las redes socio-digitales, permite que esas personas tengan espacio de desarrollarse fuera de la normatividad.