"El Estado mexicano no tiene programas de apoyo y acompañamiento para las infancias que pierden a sus madres por feminicidios o muertes violentas en manos de terceros", reveló la profesora investigadora de la Facultad de Psicología de la UPAEP, Dulce María Pérez Torres.

En entrevista con Intolerancia Diario, explicó que contrario a ello, existen organizaciones y empresas que, si los menores de edad pertenecen a un sistema social de trabajo, les dan un dinero y apoyo para los niños.

“Hay empresas que dan hasta la formación media superior, pero cuando no hay esta, es muy importante que tengan un apoyo social, emocional y psicológico, porque si no los hay, los niños tendrán algún problema en el futuro y a la familia se queda sin ese apoyo”.

La especialista consideró importante que se tenga el apoyo o será muy difícil que sigan adelante, por eso, más que instancias públicas para apoyar a estas infancias, principalmente en el tema psicológico, porque la pérdida física de la madre es irremplazable.

“Sobre los derechos de los niños, ellos tienen todos los derechos de la familia, padres que los cuiden, cuidadores que los vayan guiando en la vida, pero cuando no sucede el niño ha tenido algunos problemas de sociabilización y afectividad a lo largo de su vida”.

La académica de la UPAEP señaló que, si no lo tienen, pueden ir cubriendo esos espacios por medio de los abuelos, los tíos, los primos, que sean mayores a ellos, porque se necesita una generación anterior a los padres, por algún posible error, “ahí se explica detenidamente lo que sucedió y como ya no ve a sus padres”.

Pérez Torres afirmó que, cada familia tiene sus propios usos, costumbres y formas de decirle a los niños, que su mamá se fue al cielo.

Mientras no se puede hacer eso, dijo la profesora investigadora, se tienen que buscar las formas de cubrir estas limitaciones que se tienen por parte de la familia.

"Estos apoyos pueden resarcir los problemas de desarrollo de la infancia, aunque no es al cien por ciento, pero por lo menos hay una desfocalización de los problemas que enfrentan, porque los niños son muy adaptables y eso es lo más bonito, que pueden tomar algunos elementos que pueden ir marcando su propia historia".

Por eso, reiteró que, la situación de las infancias hijos de madres desaparecidas es un tema muy complicado, cuando uno sabe que después de algún tiempo la madre fue asesinada o desparecida.

Y es donde uno empieza como padre de familia a entender que esa hija murió, “es muy sano decirle al niño que su mamá está en el cielo, que no va a regresar y en realidad son huérfanos, es sano decirles a los niños cuando estén preparados para esto".

El problema, dijo, es que una vez que se lo dices el niño empieza a entender esa situación de pérdida, pero hay que prepararlos y decirles, que es un paso muy importante.