Es meritorio destacar que sí representa un mínimo, pero importante avance en la democracia mexicana la consideración de la presencia de mujeres en el escenario político y electoral, pero es importante destacar que esto no rompe las relaciones de dominación de género.

Y es que, para el analista político del Instituto de Ciencias Jurídicas (ICI), Cristopher Mejía Rosas, en el ámbito político el perfil femenino se usa como una figura pública de imagen, pero quienes están detrás y quienes toman las decisiones siguen siendo grupos políticos masculinos.

En comicios tan importantes como el del 2 de junio próximo, dijo el coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales del ICI, es posible el regreso de Las Juanitas del pasado, en que nombraban mujeres como candidatas, ganaban la elección y renunciaban para ceder a hombres esos espacios.

“Puede repetirse en algunos contextos y en algunas regiones o municipios o gubernaturas, entonces, es un problema del presente, también es posible vislumbrar escenarios locales y sobre todo municipales donde la presencia política en elección de representación implica también un riesgo para las mujeres".

El problema, señaló, es que pueden ser violentadas, por amenazas o por asesinatos, porque también es algo que trasgrede hasta cierto punto la masculinidad que prevalece en la política mexicana, entonces vamos a ver estos escenarios de violencia, por otra parte, sí se va a reproducir el escenario de Las Juanitas.

Sin embargo, insistió en que hay un mínimo y todavía muy pequeño avance, pero importante de representatividad femenina en la política mexicana, sin embargo, tiene sus matices en todo este control masculino que existe en la política mexicana.

“Esta repartición de 50-50 puede tener como consecuencia per se un aumento en la violencia política en razón de género, habrá un alto índice de eso, lo vamos a ver en el desarrollo y en la tensión del proceso electoral”.

Y que también pueda tener gravedad, alertó, por eso, es importante que las instituciones electorales y la Fiscalía especializada en delitos electorales tenga esa vigilancia de la participación femenina en la competitividad electoral.

Lo anterior, porque también representa una posición de competencia y de posicionamiento importante que transgrede la masculinidad en la política mexicana.

Mejía Rosas, dijo que la repartición igualitaria de candidaturas entre hombres y mujeres le hace justicia al género y reta el machismo mexicano, porque la participación femenina en los cargos de representación popular y en la administración pública trastoca la masculinidad que forma parte de la política estatal mexicana.

“Eso puede generar escenarios de violencia en las regiones más conservadoras del país y lo que encontramos es que entran las mujeres a la competencia y algunas entran con riesgo y aparte la presencia de las mujeres en la competencia no prescinde de grupos políticos masculinos”.