"En contadas ocasiones el mundo tiene a alguien con el profundo impacto que ha causado Steve, los efectos de su visión tendrán repercusión en las generaciones venideras". Son palabras de Bill Gates, el 'antagonista' de Jobs en la reñida carrera de los ordenadores personales y la innovación.
Hasta el presidente de Estados Unidos Barack Obama, quiso elogiar la figura del fundador de Apple: "Fue uno de los más grandes innovadores estadounidenses, lo suficientemente valiente como para pensar diferente, lo suficientemente atrevido como para creer que podía cambiar el mundo y lo suficientemente talentoso como para conseguirlo".
La breve y directa descripción de Obama resume con gran acierto los ingredientes del éxito del binomio Jobs-Apple. Innovación, valentía y talento. Los pocos detalles que se conocen de su vida personal y todo lo que se ha escrito sobre sus logros profesionales ayudan a comprender por qué Jobs es un icono del sueño americano y no otro empresario más con una gran idea.
La trayectoria de Apple discurre casi en paralelo a la de Jobs, desde el garaje en California donde nació uno de los primeros ordenadores personales hasta, los ultraplanos y compactos portátiles Macbook pasando por la revolución de la música online con iTunes, el iPod o la reinvención de los teléfonos con la llegada del iPhone. La manzana mordida de la compañía de Cupertino ha perdido uno de sus mejores activos, la imagen de la compañía siempre estará ligada a Jobs.
Se busca nuevo genio en Silicon Valley:
Tras la muerte, el futuro de la empresa del iPhone y del iPad recae completamente sobre los hombros de su reemplazo como consejero delegado, Tim Cook, uno de los hombres de confianza de Jobs a quién él mismo recomendó para tomar las riendas de Apple.
Cook se encargó el martes de la presentación del nuevo iPhone, el iPhone 4S, en un evento que resultó decepcionante para numerosos analistas quienes echaron en falta la habitual capacidad de Jobs, ausente del acto, para sorprender con los nuevos productos.
A pesar de los esfuerzos de Cook, es previsible que los próximos aciertos de Apple se atribuyan a la herencia dejada por Jobs, mientras que los fracasos recaerán en la nueva dirección de la empresa a la que se terminaría criticando por su incapacidad
para estar a la altura de la obra del difunto líder de la compañía.
Fuera de Apple parece lógico pensar en el cocreador de Google y consejero delegado de ese gigante de Internet, Larry Page, como el nuevo visionario de Silicon Valley.
Sin embargo Page, que se puso al frente de la gestión de Google este año, es poco amigo de los eventos públicos y ha sido calificado como de introvertido, lo que hace complicado que sea capaz de generar la empatía que producía Steve Jobs. Page se queda incluso
lejos del carisma de Eric Schmidt, quien durante la última década condujo la
nave de Google.
Algo parecido se podría decir de Mark Zuckerberg, el talentoso joven de 27 años que supo convertir una red social de Internet, Facebook, en un negocio multimillonario.
El genio de la manzana fue para muchos un gurú, un visionario capaz de motivar a millones de personas a comprar sus productos gracias a su carisma y una filosofía que iba más allá del mero acabado de los dispositivos. En definitiva, Apple deberá aprender a gestionar el legado y la figura de Jobs tras su muerte y demostrar que es una empresa lo suficientemente fuerte e innovadora como para vivir sin el icono Jobs.