El obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcía, sostuvo que los católicos el 1 y 2 de noviembre celebraron la vida, ya que para la religión católica la muerte fue derrotada y se cree en la resurrección de los muertos, además de que Dios —que es amor—, creó al hombre para la vida; también recordó y oró en la cripta de los Obispos que ayer fue visitada por al menos 2 mil personas.

Después de abrirse la cripta en la Basílica Catedral —que sólo se abre al público el 2 de noviembre—, el ministro llamó a reflexionar sobre las celebraciones de Todos Santos del 1 de noviembre y de los Fieles difuntos el 2 de noviembre, para que se den cuenta que Jesús rescata de la muerte, ya que ésta es una separación temporal del alma. Comentó que el alma va a la presencia de Dios donde cada quien recibe lo que con sus obras erigió, por eso dentro de la fe católica se sabe que un día se resucitará.

Sostuvo que para el cristiano la muerte no tiene la última palabra, fue vencida por Jesús y se le ve con esperanza. En su mensaje recordó las dos beatificaciones de personajes que supieron llegar más allá, como los beatos Juan Pablo II y Juan de Palafox y Mendoza. Manifestó que el hombre de fe no acabará en el vacío de la nada, sino a una vida eternamente dichosa para quien opte por el camino del amor.

Por otra parte, este miércoles —como cada año— la cripta de los Obispos, se abrió a los fieles que esperaron un par de horas para entrar al lugar que está bajo el altar mayor de la Catedral, donde desde hace 30 años no se ha sepultado a nadie; el último fue el arzobispo Octaviano Márquez y Toriz.

Eugenio Lira explicó que el “cementerio de los obispos” data del inicio de la construcción de la catedral y fue concebido por Juan de Palafox y Mendoza. Indicó que en la cripta se encuentran sepultados 13 de los 35 obispos y cinco arzobispos de la diócesis, la más antigua de América.

En el interior del “cementerio de los obispos” se ven seis gavetas sin nombre donde podrán descansar quienes hayan sido obispos o arzobispos de Puebla.

Lira Rugarcía explicó que en la parte superior hay espacio para construir nuevas gavetas en caso de que fuera necesario. Pero sólo quienes hayan sido obispos de Puebla pueden ser sepultados en ese lugar, y en el caso de los obispos eméritos que radican en la entidad —pero que no estuvieron en la diócesis— no cuentan con este derecho.


La capilla de las reliquias

El obispo señaló que en las celebraciones el 1 de noviembre cientos de católicos mantuvieron la tradición de cada año al visitar la capilla de las reliquias en la basílica, a fin de que pudieran venerar los restos de algunos santos que ahí se encuentran, con motivo de la solemnidad de Todos los Santos.

Lira Rugarcía explicó que la capilla se abrió desde las 7:00 hasta las 19:30 horas, se expusieron las reliquias de los santos mártires que ahí se encuentran, además de los que están en los altares de San José y San Miguel para que los fieles puedan venerarlas y así admirar la obra de Dios realizada en ellos, aprender de su ejemplo y pedir su intercesión, de modo que “podamos llegar al Cielo por el camino del amor a Dios y al prójimo”.

Dijo que esta capilla ubicada en el lado lateral sur aloja restos de algunos mártires, particularmente en la urna central, de origen filipino. Los bustos en yeso elaborados en la academia de Bellas Artes contienen reliquias de los respectivos santos como san Basilio, san Sotero Papa, san Cornelio, santa Catalina de Siena y san Irineo, entre otros.  Bajo la mesa del altar está una escultura en cera de san Florencio, que contiene huesos de este santo. Las pinturas realizadas por Juan Tinoco (siglo XVIII) recuerdan el testimonio de san Lorenzo, santa Úrsula, san Pedro y santa Bárbara.

Indicó que bajo el altar de san José se encuentra una escultura en cera de san Satrapio, mártir romano de los primeros tiempos del cristianismo, que contiene algunos huesos.

Además de santa Catalina de Siena, nombrada doctora de la Iglesia (1347-1380) y que un día se le apareció Jesús y le dijo: “me puedes servir apoyando al prójimo”. Entonces ella se dedicó a la oración y al servicio de sus semejantes. Escribió obras de gran sabiduría, e intervino en muchos asuntos públicos y privados.