La sexualidad en la actualidad, cada día dista más de ser meramente para fines reproductivos, pues el ser humano y la sociedad, se abren cada vez más a explorar nuevas alternativas para aumentar el placer y la diversión durante sus encuentros sexuales.
Ahora podemos encontrar con mayor facilidad sex shops llenas de artículos que ayudan a que nuestras relaciones sean más placenteras, sin embargo, no necesitamos precisamente de este tipo de productos para tener un encuentro de pasión satisfactorio, basta con escuchar lo que le gusta a tu pareja y aplicar algunas técnicas de masturbación previas que puedan sorprenderla.
Incitándolo al placer. La mejor forma de darle placer al varón, es que ella utilice lubricante en sus manos, para después colocarlas firmemente alrededor de su pene, sin presionar demasiado, el objetivo es que él pueda sentir que su miembro está bien sujeto, pero no que lo lastime.
Posteriormente, sujeta la base del falo con una mano, y con la otra la punta, para que el contacto abarque todo el pene. Gira tus manos en sentidos contrarios, es decir, una hacia la derecha y otra hacia la izquierda, y simultáneamente, muévelas hacia arriba y hacia abajo.
Otra forma de masturbar al hombre, es moviendo las manos en dirección contraria, una hacia arriba y la otra hacia abajo. Puedes alternar con movimientos largos e intensos y otros más cortos y suaves, jugar con el ritmo puede ser muy excitante.
Las caricias a los testículos pueden ser muy relajantes, es importante que las realices con suavidad para no lastimar a tu pareja; también puedes aprovechar la sensibilidad del escroto para complacerlo.
Placer para ella. Si ya se ha llegado al coito, acariciar el clítoris durante la penetración es muy estimulante para la mujer. La zona superior izquierda del clítoris posee mayor número de terminaciones nerviosas, por lo que es recomendable acariciarla primero, para después continuar con el lado derecho.
Otra forma de estimular al clítoris, es alternando movimientos circulares con desplazamientos hacia arriba y luego hacia abajo, hasta llegar a la abertura de la vagina. Utiliza lubricante para hacer este tipo de manipulación, para evitar que haya rozaduras y el acto sexual termine siendo una dolorosa experiencia.
Deja que suba la temperatura. Mantén tu cuerpo activo y deja que suba la temperatura, el calor hace que aumente la circulación sanguínea, lo que significa que circulará más sangre por las zonas erógenas, aumentando la sensación de placer.
La temperatura también influye en el desempeño de los músculos, por lo que el calor contribuye a que el cuerpo, en general, sea más flexible, permitiendo realizar posiciones creativas con menos dificultad.
Información de El Universal.