Miles de personas festejaron a sus madres este jueves, lo que fue aprovechado por comerciantes, quienes en su mayoría hicieron su “agosto” en pleno mayo. Incluso las internas de los penales pudieron gozar de “su día”.
El 10 de mayo, Día de la Madre, es una de las celebraciones que más espera la iniciativa privada, sobre todo los restaurantes que se ven abarrotados con grandes filas durante los desayunos, las comidas y las cenas. En un recorrido de Intolerancia Diario por diversos restaurantes de la ciudad, sobre todo en la Zona dorada, 43 Poniente, Centro Histórico y avenida Juárez, pudieron apreciarse largas filas por la espera de una mesa para agasajar a las madres.
Asimismo, en los panteones hubo una nutrida asistencia, que en el mejor de los casos incluía a mariachis, tríos o solistas, con quienes llegaban a las tumbas los hijos que perdieron a su mamá. Sin embargo, en los panteones y cruceros los músicos no fueron los más beneficiados, sino los vendedores de flores, quienes llegaban a vender los ramos de 12 rosas hasta en 60 pesos, cuando en días normales no rebasan los 25 pesos.
Abarrotan los panteones
Los panteones Municipal, Jardín y La Piedad se vieron abarrotados, sin embargo comerciantes se quejaron de las bajas ventas, aunque reconocen que incrementaron los costos.
El Panteón Municipal, ubicado en 33 Poniente y 11 Sur, estuvo abierto hasta las 18:00 horas, lapso en el que miles de personas visitaron las tumbas de las madres fallecidas, en algunos casos acompañados de cantantes, ya sean tríos, mariachi o solistas. Las vialidades aledañas al Panteón Municipal —37 Poniente entre 11 y 13 Sur— fueron cerradas, por lo que se tuvieron que tomar vías alternas ante la afluencia de gente. Para la seguridad de los deudos o asistentes, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal dispuso de 120 elementos de seguridad que resguardaron panteones, centros comerciales y restaurantes.
En el panteón Jardín la docena de rosas rojas superó los 60 pesos fuera del camposanto, sin embargo no hubo mucha respuesta de la gente en la compra debido a los precios.
“Se pasan de veras, no se vale que vendan tan caras las flores, entiendo que le suban algo pero eso que doblen o hasta tripliquen su precio, pues mejor no compro, ni modo”, dijo Juan Escudero, visitante del lugar.
“Yo no nada más vengo a ver a mi mamá cada Día de la Madre, vengo cada 15 días o a lo mucho una vez al mes, por eso me sé los precios y ahora sí se mandaron, lo bueno es que tengo un marchante que siempre me vende y me respetó los precios.”
Señaló con orgullo que recuerda a su madre todos los días y aseguró que así lo hará hasta el fin de sus días.
“Ella fue mi adoración en vida, la extraño mucho, lo bueno es que uno tiene hijos pero siempre la mamá es la mamá”, dijo con ojos húmedos el hombre de más de 60 años.