El Museo Militar de Aviación de la Fuerza Aérea Mexicana, ubicado en la base militar de Santa Lucía, Estado de México, recibe entre 200 y 600 visitantes diarios y desde 2010 suman casi 200 mil, informó el capitán Manuel Reyna Garza.

Agregó que se cuenta con 28 aeronaves y más de 300 piezas históricas en exhibición en las vitrinas, pero se tiene un mayor número de piezas en restauración o almacenadas, pues se prevé crear el museo más importante en el área del espacio en Latinoamérica.

Indicó que de las 28 aeronaves, 25 son de ala fija, es decir aviones, y tres de ala rotativa, helicópteros, que son vistos por niños, jóvenes y adultos, quienes pueden tocar y subir a diversas aeronaves en una visita interactiva.

El museo fue reinaugurado en la base de Santa Lucía el 10 de febrero de 2010, fecha desde la que han atravesado sus puertas 192 mil visitantes nacionales y extranjeros, aunque durante el espectáculo aéreo que se realizó en agosto pasado se recibieron 76 mil personas en un solo día.

En entrevista dijo que es un gusto que lleguen a este museo visitantes extranjeros, entre los que se encuentran personas de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Ecuador, Guatemala, España e inclusive de Alemania, Japón e Italia, entre otros.

El Museo Militar de Aviación de la Fuerza Aérea Mexicana, es el único como tal destinado a la conservación, restauración, exhibición y divulgación de la cultura aeronáutica en el país y se encuentra registrado ante la Organización Internacional de Aeronáutica Civil, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Reyna Garza recordó que el museo fue inaugurado en 1933 en la ciudad de México, en el antiguo Campo de Aviación de Balbuena, y después operó en forma continua en diversos lugares de esta capital hasta 1974 cuando fue cerrado para dar paso a la construcción de la terminal Tapo.

En el museo se puede encontrar parte de la rica y basta historia de la aviación mexicana, desde el motor del avión que realizó el primer vuelo en México y Latinoamérica el 8 de enero de 1910, sobre los llanos de Balbuena, hasta el "Centella" del Escuadrón 201, condecorado por su participación en la Segunda Guerra Mundial.

Asimismo se tienen motores de construcción francesa que fueron los que impulsaron los aviones de la flotilla aérea del Ejército Constitucionalista, unidad creada para apoyar a las tropas revolucionarias en vuelos de reconocimiento y bombardeo y que sirvió a Venustiano Carranza.

Además se tiene una hélice de madera que es la única pieza en el mundo que se conserva del Cuerpo de Aviadores del General Francisco Villa, un dato muy poco conocido es que "Pancho" Villa contó con su propio Cuerpo de Aviación, que participó en diversas batallas de la Revolución Mexicana y "de todos sus aviones a su servicio esa es la única pieza en el mundo".

El capitán Reyna Garza destacó que las aeronaves y piezas que se guardan en el museo como el primer avión de pelea a caza que construyó el país, con el motor "aztatl", que en náhuatl significa "Garza Blanca" y la hélice "Anáhuac" son símbolo del profesionalismo, carácter y valor de los pilotos e integrantes del a Fuerza Aérea Mexicana.