En Puebla la prostitución callejera es dominada por homosexuales, quienes —en su gran mayoría— se disputan cada acera con las pocas mujeres que se atreven a retarlos. Pero nada es de gratis, hay prostitutos que acusan —aunque no de forma oficial ante las autoridades— que tienen que pasar cuotas a uniformados policíacos, a quienes señalan como sus verdaderos explotadores.

Las cuotas no sólo son a sus “padrotes” o “regenteadotes”, sino también a los patrulleros, para poder trabajar tranquilamente y si la noche no es buena, se paga hasta “con carne” en algunos casos.

De esta manera, la prostitución homosexual en Puebla se ha vuelto tan cotidiana como la venta de chalupas y tamales. Sólo basta darse una vuelta después de las 11 de la noche por “zonas rojas” como el Paseo Bravo, Analco y el zócalo de la ciudad para notarlo.

Miradas de la noche

La prostitución homosexual en la zona del Paseo Bravo es conocida por todos y pocas veces las autoridades hacen algo al respecto. Así lo establece el libro Miradas en la Noche. Estudios sobre la prostitución en Puebla, editado por la Universidad Autónoma de Puebla; un estudio que realizaron el maestro Gabriel Montes Sosa y Manlio Barbosa Cano.

El segundo autor aborda el crecimiento de las zonas de prostitución. Centrada años atrás en el Barrio de San Antonio, ahora se extiende hasta la 6 Poniente, al Paseo Bravo, el zócalo y a colonias como La Paz, Emiliano Zapata, bulevar Valsequillo y los límites entre Puebla y Tlaxcala, entre otros.

Esta actividad —exclusiva de bares, cantinas, cabarets, burdeles y accesorias de vecindad— con los años se extendió a hoteles, moteles, “estéticas”, discotecas, salones de baile, baños públicos y otros que operan disfrazados, señala Barbosa Cano en su estudio “La prostitución en Puebla. Antecedentes, caracteres y alternativas de tratamiento”.

Ahí expone que en las últimas décadas del siglo XX la prostitución de homosexuales empieza a ser pública y las denuncias aparecen en los periódicos, con el titulo de “tipos raros” que hacen del zócalo de la ciudad y el Paseo Bravo su lugar de reunión, quienes con el tiempo empiezan a desplazar a las prostitutas.

“La prostitución —sostiene Cano Barbosa— se considera un tipo de esclavitud, donde se engaña, se vende y se explota a las mujeres. Con niños de y en situación de calle, se favorece el aumento de la prostitución, en el que se involucra a niñas cada vez de menor edad, así como a indocumentadas.”

Asimismo, hace un análisis de las políticas públicas que surgen para atender esta actividad, así como la aparición de sexo-empresas, las cuales si bien reducen la actividad callejera, se convierten en áreas donde prolifera la delincuencia y el tráfico de drogas, donde las mujeres se transforman en modernas esclavas por deudas y contratos firmados.

El trato que se da a este oficio a lo largo de la historia es diverso. Mientras que en algunas sociedades se prohíbe en otras se tolera, y para otras más es un oficio respetable, expone la doctora Elba Rivera Gómez.

Rivera Gómez señala que a través de los años se han estableciendo diversos sistemas jurídicos para prohibir y castigar estas conductas con fines de control sanitario y policiaco, para agruparlas en determinados lugares y zonas. Pero también con la finalidad de que las prostitutas paguen impuestos. De hecho, la investigadora concluye en su análisis que “mientras más avanza económicamente una sociedad, más complejas son las redes de propagación de la prostitución”.

”Aunque la zona roja, estaba en la 3 Norte y 5 de Mayo, entre las avenidas 20 y 32 Poniente, el problema se extendía a las calles aledañas, donde primero la vida de noche y después la de no tan noche, fue trastocando la vida cotidiana de los avecindados.”

Anodis

Rafael Sánchez Zanella, mediante un artículo publicado en la página de internet anodis.com, relata la realidad de la vida nocturna en Puebla, donde la prostitución homosexual es el pan de cada día
“Mujeres y hombres que se dedican al sexoservicio no son pervertidos ni inmorales. El debate moral a estas alturas es ocioso. No se puede acusar de inmoral a una persona por ejercer una actividad que por el devenir histórico se tornó amoral.

”En todo caso, los inmorales serían los que explotan, los que regentean a chicas y chicos, las mafias que viven a la costa de otros y otras, los que hacen uso del servicio y los que se hacen que no existe, el gobierno que no propicia oportunidades de trabajo para todos.

”(…) Si quieres sexo a precio módico lo puedes encontrar en la zonita roja de Puebla, sobre todo en el Paseo Bravo, Zócalo y en las esquinas de la sacrosanta Catedral, los días mejores son viernes y sábados y si es quincena mejor.

”Un wawis o felación te sale en menos de 100 pesos, el acto completo quizás unos 250, pero si eres más perverso y fetichista, de esos que gustan de latigazos, madrazos y nalgadas, de oler medias y calzones, el acto te puede costar unos mil pesos si el sexoservidor es experto”
”Si es muy guapo, el acostón te podría costar 500 o quizás mil pesos más. En fin, al cliente lo que pida, dice Perla, que después nos contará su historia.

”Si quieres sexo sin mucho riesgo y en la comodidad de tu casa o en un hotel (sin la molestia de formarte en una cola como en las piqueras o puteros de los guarros) lo puedes pedir a domicilio vía celular, primero consultas páginas especializadas para gays en Internet.

”Una noche barata te cuesta al menos mil pesos, un día completo lo puedes disfrutar por unos 5 mil y hasta 10 mil, la tarifa depende de la galanura del mancebo y de sus artes amatorias.”

Discriminación

En 2010 fue detenido Julián Kuri Alarcón, de 24 años, por reclutar a los menores de edad para posteriormente prostituirlos y exigirles por cada servicio la cantidad de 100 pesos a cambio de protección. Un segundo aprehendido fue Eduardo Adolfo Navarrete Torres, de 21 años, sujeto que intimidaba a los menores y además fungía como guardaespaldas del primer asegurado.

Un menor de 17 años reconoció a los detenidos y se dijo víctima de explotación sexual por parte de ambos sujetos; inclusive, por medio de la oficina de prensa de la ahora extinta Policía Metropolitana se difundió un video donde es interrogada la victima. Este jovencito de apariencia homosexual fue interrogado por un uniformado, quien en todo momento lo presiona para que le hable fuerte a la cámara para señalar sus acusaciones. El menor viste una playera verde con blanco en cuello “V”, quien al parecer fue interrogado enfrente de los acusados, quienes nunca son grabados por la cámara de video. Esta es la versión estenográfica del interrogatorio:

—¿Cuántos años tienes?

—17.

—¿En dónde vives?

—En La María.

—¿Cuánto tiempo llevas prostituyéndote?

—Tres meses.

—¿Quién te está regenteando o a quién le das dinero para prostituirte?

—A Kuri.

—Háblame fuerte, por favor.

—A Kuri.

—¿Cuánto le das?

—100 pesos.

—¿100 pesos por servicio le das?

—Sí.

—¿Cómo lo conociste?

—Tengo trabajando tres meses, yo le comencé a hablar y hablar y hablar con unos amigos y luego ya me dijo que iba a armar una casa de citas con niños y de hecho el dijo que sólo quería niños y que para que no tuvieran problemas iba a armar una casa de citas acá en el Paseo.

—¿Dónde está esa casa de citas?

—No la ha terminado.

—¿(Kuri) Tiene más menores?

—Sí.

—¿Cómo se llaman?

—Se llaman… José Manuel…

—¿Él (Kuri) no tiene sexo con gente?

—No.

—¿Él nada más los vigila a ustedes?

—Sí, se da sus vueltas acá, anda mucho con otro.

—¿Él es su segundo? Ajá.

—Él es su guardaespaldas…

—¿Cuál es tu nombre?

—(ANONIMO)

—¿Cuánto le pagas a Kuri?

—100 pesos.

—¿Y este muchacho es el guardaespaldas de Kuri? ¿Él no tiene sexo,
no se prostituye, Kuri nada más los padrotea?

—Sí.

—Tus otros compañeros menores, ¿dónde están?

—Pepe ya se fue a su casa y otro no bajó.

—¿Quién se fue a La Cigarra?

—Sus nombres no los se porque sólo los veo.

—¿Aparenta ser menor como tú?

—Sí.

—Bueno, ahorita me vas a llevar al lugar.

El menor fue presentado por los uniformados sin informar a la agencia del MP que se trataba de un joven prostituto del Paseo Bravo; inclusive, llegaron a pensar que estaba perdido o algo por el estilo.

El presentado dijo que andaba paseando con otros amigos en el Paseo Bravo cuando fue detenido por la Policía Metropolitana.