Los ojos de Lilia Preza Tlapalama se inundan de lágrimas al recordar que se cumplieron 39 días de la desaparición de su hija de 17 años de edad, pero más por la molestia contra la Procuraduría General de Justicia (PGJ), donde sólo ha recibido malos tratos.

Entrevistada en las instalaciones de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), donde ha presentado su queja, relató a Intolerancia Diario no sólo la ineficacia de los agentes del Ministerio Público y ministeriales, quienes se “lavaron las manos” en el caso.

Su hija Alma Lucero Huerta Preza, de 17 años de edad, al parecer pudo haber sido víctima de “trata” de personas, pero las autoridades han ignorado las investigaciones que la propia familia ha hecho, tras su desaparición en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas.

La agente del Ministerio Público no sólo no ha investigado los indicios que les señala la madre angustiada, sino que la ha regañado por querer hacerle ver cómo tiene que trabajar.

La Policía Ministerial también la regañó por haber solicitado la Alerta Amber tras la desaparición de su hija. “Nos echó a perder la investigación”, le dijeron dando “carpetazo” al caso.

Según la información de la PGJ, en algunos meses existe una especie de “oleada de desapariciones” en diversas comunidades, sobre todo de mujeres menores de edad en la adolescencia, casos que no han sido resueltos por las autoridades.

Hace unas semanas la Procuraduría General de Justicia reveló —mediante una solicitud de información— a Intolerancia Diario que en los últimos dos años y medio han desaparecido 90 menores de edad.

Sollozos de desesperación

Sentada en una de los sillones de espera de la CEDH, acompañada de su hermana Guadalupe, entrelaza constantemente sus manos en señal de preocupación y angustia por no saber nada de su hija Alma desde hace más de un mes.

Inmediatamente al recordar la última vez que supo de ella, sus ojos se humedecen, pero sobre todo al señalar la impotencia que siente al ser ignorada por las autoridades estatales.

Cuenta que el 6 de septiembre su hija no regresó a su casa, luego de asistir a la escuela, el bachillerato U20 de la junta auxiliar Romero Vargas, colonia donde viven.

Al siguiente día, inmediatamente acudieron a la agencia del Ministerio Público especializada en Delitos Sexuales a denunciar la desaparición, por lo que se abrió la averiguación previa AP-2772/2013/AESEX.

Indicó que tanto la licenciada Guadalupe Espinoza, de la Mesa de Trámite, como al agente ministerial encargado de la investigación le proporcionaron datos para que pudieran iniciar indagatorias.

Al señalarles datos como la sospecha de un exnovio de su hija, recibió como respuesta: “Usted, señora, no me va a decir cómo hacer mi trabajo, yo sabré qué voy a hacer, en máximo dos días tiene usted aquí a su hija”.

Del mismo modo, el agente ministerial Francisco Gaona Sánchez se molestó cuando se enteró que se emitió la alerta Amber. “Me dijo, señora, usted ya me estropeó mi investigación, ¿para qué activo la Alerta Amber? Debió haberse esperado, ahora vamos a jugar a las escondidas”.

Comentó que constantemente ha regresado con Guadalupe Espinoza, quien simplemente le señala que no hay avances en las investigaciones, pero siempre con malos tratos: “He recibido malos tratos de la licenciada como del agente Gaona, es la molestia que tengo, la licenciada Guadalupe todavía me manotea en el escritorio, y lo peor es que hace 39 días no sé de ella”.

Dijo que, ante la indiferencia de las autoridades, la familia completa se puso a investigar en la junta auxiliar, con la colocación de carteles con la fotografía de la menor.

De este modo se enteraron de que la última vez que fue vista Alma se encontraba con su exnovio José David Morales Romero, en el kiosco de la colonia.

“Ya lo presentaron a declarar, ahí dijo que ya no eran novios, entonces el agente Gaona me dice que ya no puede hacer nada, que no puede presionar.

”Me dijo: ‘ahí si usted quiere contrate a alguien para seguirlo, yo ya no, a mí ya me conoce, ya me identifica’, se lavó las manos”.
Indicó que su hija tiene excelentes calificaciones y que esos días su única preocupación era que iba a presentar tres exámenes, además de que no está bien de salud, luego de que padeció hepatitis hace unos meses, lo que dejó afectado su hígado.

“Cada vez que mi hija se altera se pone mal, se le baja como que la presión y se pone amarilla, porque su hígado no anda bien, se está recuperando de la hepatitis, por eso más me angustia”.

—¿Ustedes, su familia, son los que han investigado?

—Nosotros, mi hermana, mi esposo y yo andamos investigando, es donde nos refieren donde la vieron por última vez, pero les hago la mención y no me hacen caso.

“Nos enteramos con los vecinos, quienes nos dijeron que vieron a mi hija el viernes a las tres de la tarde en el kiosco con este sujeto y luego a las seis de la tarde con el mismo sujeto, toda esa información se las hice saber y es cuando se molestan, que no les voy a enseñar a hacer su trabajo.

”Me dicen: ya no se meta, ya no se meta, nos está estropeando la investigación”, dice al señalar que hasta dieron con la dirección de José David Morales Romero, la que le proporcionaron a las autoridades, pero hasta ahora no ha servido.

—¿Podría ser por “trata” de personas?

—Sí, porque este señor dijo que era su novio y ya no, ahora se deslinda de todo, que ni la ha visto, dice.

“Comentan tanto el agente ministerial como la licenciada que está visto que mi hija no quiere ser encontrada porqué se fue con el novio, que no hay más qué hacer.

”¡Pero aunque así sea, que investiguen y que me demuestren que está bien, así estaré tranquila, es su deber porque es menor!”, señaló en los momentos en que entró en llanto.

Desaparecidos

Los menores desparecidos en el estado de Puebla pueden estar vinculados con la “trata” de personas para explotación sexual, alertó la activista nacional Rosy Orozco, luego de que en últimos dos años y medio en todo el estado han desaparecido 90 jóvenes.

De esta cifra se desglosa que alrededor de 90 por ciento de las desapariciones corresponde a adolescentes entre 12 y 17 años de edad.

Lo que llama la atención es que dos terceras partes son mujeres, y en gran número de municipios del interior del estado.

Rosy Orozco, en entrevista para Intolerancia Diario hace unas semanas, señaló que gran parte de los desaparecidos en Puebla podrían haber sido víctimas de bandas de “tratantes” de personas para esclavitud sexual.

Rosy Orozco indicó que su organismo civil ha atendido a 152 víctimas, y la mayoría de los “padrotes” son de Tlaxcala y Puebla, las que han sido explotadas en Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa, San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Oaxaca, Villahermosa, Chiapas y Campeche, Querétaro y Morelos.

—¿Qué le pide a las autoridades de Puebla?

—Un llamado a que el gobernador (Rafael Moreno Valle) retome otra vez con fuerza el esfuerzo que inició el año pasado con muchísima admiración de nuestra parte, pero que lo vuelvan a retomar para que volvamos a escuchar, como este viernes, muchos operativos, como en el DF hay cada semana. Si hay un ‘foco rojo’ allá (en Puebla) y no pueden bajarle al ritmo que traía —sentenció la especialista—.

Llama la atención que, según la información de la PGJ, en algunos meses existe una especie de “oleada de desapariciones” en diversas comunidades, sobre todo de mujeres menores de edad y en la adolescencia, casos que no han sido resueltos por las autoridades.

Hace unas semanas, la Procuraduría General de Justicia reveló, mediante una solicitud de información a Intolerancia Diario, que en los últimos dos años y medio han desaparecido 90 menores de edad. La respuesta desglosa cifras por municipio, edad y sexo, desde febrero de 2011 a junio de 2013, así como por casos resueltos o que se haya encontrado el menor y su causa de desaparición.

En ese tiempo se reportaron a las autoridades 201 desapariciones de menores, 81 de ellas en 2011, 70 en 2012 y 50 en medio año de 2013.

Sin embargo, la PGJ, en la información entregada, omitió las palabras “secuestro”, “robo” o “trata de personas”, e incluso no puso las causas de la desaparición de los 90 menores, a pesar de que le fue solicitado.

Según las estadísticas entregadas, la desaparición de menores en Puebla se debe a diversos factores que van desde problemas familiares, noviazgos, hasta por cuestiones de trabajo, pero no se habla de las situaciones arriba mencionadas.

El argumento más común de las autoridades es que la mayoría desapariciones no son forzadas, sino que las jovencitas huyen con algún novio o pareja, por lo que no se investiga más.

Por ejemplo, entre mayo y julio de 2011 desaparecieron 11 adolescentes, 10 mujeres y un solo hombre; cinco en la ciudad de Puebla, cuatro en Tehuacán, una en Teziutlán y el joven de Tepeaca.

Ese mismo año, pero en agosto, en Tehuacán se “esfumaron” otros tres adolescentes, dos mujeres y un jovencito, de quienes, a casi dos años de distancia, se desconoce su paradero.

En septiembre de 2011, en Teziutlán también se reportó la desaparición de tres mujeres adolescentes, dos de 15 años y una de 16, sin que hasta la fecha se sepa su paradero.

También, en un municipio tan pequeño como La Mesa Metlaltoyuca se han registrado diversas desapariciones de menores de edad y desde 2012 a la fecha en Tepeaca se ha incrementado notablemente el número de casos de desapariciones.

Puebla tiene la mayor cantidad de casos, con 31 desapariciones, seguido por Tehuacán, donde no se han localizado a 15 jóvenes y niños; en tercer lugar están empatados con 10 registros Teziutlán y Tepeaca.

Zacatlán tiene cinco casos, Huejotzingo cuatro, San Martín Texmelucan, Atlixco y La Mesa Metlaltoyuca con tres cada uno, Lázaro Cárdenas y Tetela con dos, y finalmente Huauchinango y Cuetzalan, con un solo caso.

En 2011 se registraron 81 desapariciones en todo el estado; hasta la fecha no se han encontrado a 30 menores, 26 de ellos entre los 12 y 17 años de edad; los cuatro restantes corresponden a un bebé de dos meses de edad, dos niños de 4 años y uno de 10.

En 2012 hubo 70 desapariciones, 28 de ellas aún no se resuelven y 25 corresponden a adolescentes y tres a niños de 1, 2 y 10 años de edad.

En el primer semestre de 2013 se han registrado 50 desapariciones, 29 de ellas aún sin resolverse de las que 24 corresponden a menores entre 12 y 17 años de edad, además de la desaparición de un bebé de dos meses y niños de 2, 5, 4 y 7 años de edad.

De las 90 desapariciones sin resolver, 63 corresponden a personas del sexo femenino y 27 al masculino; la gran mayoría adolescentes entre el rango de edad señalado.

La alerta

La alerta Amber, emitida por la misma PGJ, se activó el 11 de septiembre supuestamente con el objetivo de trabajar en coordinación con autoridades de otras entidades del país, a fin de agilizar la localización de Alma Lucero Huerta Preza.

Color de piel: morena.
Estatura: 1.55 m.
Complexión: robusta.
Cabello: negro, largo, lacio.
Cara: redonda.
Cejas: semipobladas.
Ojos: ovales, grandes, color café claro.
Boca: grande.
Labios: gruesos.
Seña particular: un lunar en la ceja izquierda otro en el centro de la barbilla.

Cabe señalar que el día de su desaparición Alma vestía una blusa negra, sudadera negra, bufanda negra con vivos color plata en forma de estrella, pantalón y zapatos de mezclilla color azul y portaba una mochila negra.

Si cuenta con información, favor de comunicarse al (222) 232 43 16 de la Primera Comandancia de la Policía Ministerial, o al teléfono (222) 211 79 00, extensiones 3011 y 3012 del Centro de Información de la PGJ.

Datos hasta septiembre señalaban que en Puebla en los últimos dos años se ha activado 21 veces la alerta Amber, nueve de ellas en 2012  y que fueron resueltas satisfactoriamente, y en lo que va de este año van 12, de las cuales 10 se resolvieron y dos están pendientes; uno de ellos el de Alma.

Intolerancia Diario reveló el 29 de agosto que en Puebla la alerta Amber se encontraba “a medias” al carecer de convenios de colaboración o vínculos entre autoridades y sociedad como marcan los protocolos.