Si al momento de por causa del tráfico vehicular tiene un enojo fuerte, piénselo dos veces. Si esto se traduce en un grado más que llega a afectar su salud, tómelo con calma. Y es que un automovilista tiene cuatro veces más posibilidades de encontrar la muerte por causas de un conflicto vial.

El investigador de la Universidad de Colorado en Estados Unidos Jerry L. Deffenbacher destacó que las personas que se enojan de manera continúa tienen de dos a cuatro veces más probabilidades de morir de un problema cardiaco.

“En las personas que tuvieron un ataque al corazón, muchas veces unas horas antes tuvieron un gran enojo. El enojo puede ser un grave problema de salud y aumenta las posibilidades de accidentes”, destacó el investigador estadounidense.

Comentó que una persona enojada puede dar un golpe en un momento, sin embargo, a mediano plazo es más fácil que se enfermen del estómago, es más fácil que padezcan colitis y aumentan las posibilidades de que tengan problemas del corazón.

Enfatizó que en estudios llevados a cabo en Estados Unidos ha comprobado que la tendencia en personas menores a 55 años para desarrollar padecimientos cardiovasculares se ha incrementado considerablemente por este trastorno.

“Hemos evidenciado que entre 15 y 25 por ciento de las personas calmadas se transforman al momento de tomar el volante”.

Asimismo, Jerry L. Deffenbacher informó que la manera en que medirán el enojo en los automovilistas poblanos será a través de una escala que él inventó y que adaptarán a las condiciones de movilidad en Puebla.

“El enojo es una conducta aprendida y un patrón universal, por eso mismo es que se puede revertir, lo que trataremos de investigar es si el enojo es igual en Estados Unidos que en México”, subrayó.

Enumeró una lista de recomendaciones que los conductores deben aplicar para disminuir su nivel de enojo, las principales son: aprender a relajarse, analizar la forma en cómo procesamos la información respecto a otros conductores, buscar ayuda psicológica para enfrentar la situación, cambiar la ruta de manejo, pues muchas veces la utilizada o más común resulta frustrante y, por último, recomendó escuchar la radio, pues ésta genera distracciones que pueden inhibir la frustración al conducir.

Los riesgos a la salud

El alto estrés que se genera por estas molestias puede alcanzar el nivel 3, mismo que puede ocasionar afectaciones a la salud como dolores de cabeza y ojos, problemas estomacales, colitis, gastritis y en casos extremos, un infarto.

Otra de las consecuencias que se pueden generar por el estrés es violencia hacia menores, broncas entre conductores, problemas en el trabajo y hasta problemas de comportamiento que influyen de manera directa en cuestiones familiares.

Se recomienda en primera instancia a las autoridades replantear todas sus estrategias de información y divulgación de los cortes de circulación, así como reforzar las señalizaciones viales para facilitar a los conductores su traslado de un punto a otro de la ciudad.
En tanto, a los ciudadanos, tomar sus actividades con tiempo de anticipación de traslado, realizar ejercicios de respiración y evitar las zonas conflictivas.

El estudio

Por ello, la Universidad del Estado de Colorado de los Estados Unidos y la Universidad Iberoamericana Puebla iniciaron en la Angelópolis la “Evaluación del Enojo de los Automovilistas Poblanos”.

Raúl José Alcázar Olán, investigador de la universidad poblana, encabeza el proyecto que busca determinar el grado de molestia de los conductores poblanos al conducir por vialidades como la 11 Sur, Reforma, bulevar 5 de Mayo, bulevar Norte y calzada Zaragoza.

El analista precisó que se busca determinar que el enojo al manejar tiene las mismas características en todas las vialidades por donde circulen autos, sin importar si son grandes ciudades o pequeños poblados.

“Las personas que son tranquilas, en promedio tienen un fuerte enojo al mes, lo cual es mucho menor. Pero como el enojo es aprendido, se puede cambiar. Entre la Universidad de Colorado y la Universidad Iberoamericana realizaremos un estudio del enojo en los automovilistas”.

Alcázar Olán aseveró que el estudio tendrá una duración de tres años y consistirá en la realización de diferentes encuestas a personas mayores a los 18 años y que manejen por las calles de la ciudad.