Hace unas semanas el reportero y naturalista Paul Rosolie fue protagonista de una polémica por anunciar que en un programa de Discovery Channel, Eaten Alive, se dejaría comer vivo por una anaconda.
En seguida surgieron numerosas protestas que acusaban a Rosolie de maltrado animal y de loco por intentar tal "burrada", según calificaron este reto algunos expertos.
El programa ya había sido grabado, por lo que cabía esperar que Rosolie, que se pertrechó de una armadura y de un equipo de oxígeno para la ocasión, salió indemne de la aventura, pero se ignoraba cuál fue el desenlace del desafío.
Este domingo el programa fue finalmente emitido, desvelando cómo acabó todo.
La estrategia era encontrar a una anaconda de tamaño considerable en el Amazonas, tentarla para que encontrara al reportero apetitoso, que éste se dejara tragar hasta la cintura y después ser rescatado con un arnés que tiraría de él hacia atrás, o asustar a la serpiente para que le regurgitara.
En busca de la serpiente más grande del mundo El naturalista fue en busca de una anaconda en concreto que encontró hace años, de casi 8 metros de longitud, y que se presupone la más grande del mundo.
Gran parte del reportaje se basa en la búsqueda y captura de la serpiente, muestra las dificultades para detectarla y después para capturarla. Tras varios intentos infructuosos, el equipo decide seleccionar una anaconda más pequeña y manejable.
