A casi dos años del sismo del 19 de septiembre de 2017, el templo de Santa Ana muestra que no fluyeron recursos para reconstrucción, sobre todo en edificios históricos.

En total abandono por las autoridades, la iglesia ubicada en el barrio del mismo nombre, al norte de la ciudad de Puebla, mantiene sus puertas cerradas y se impide el paso con una cinta.

Ahora, los feligreses tienen que realizar sus celebraciones católicas a las afueras de la iglesia que data del siglo XVI y entre sus rezos está que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como autoridades estatales y municipales volteen a verlos.

Sus imágenes más veneradas, la de Santa Ana o Santa Anita, como la llamas cariñosamente, y el Señor de la Salud, son resguardadas en unos cuartos adyacentes al templo.

Las mismas son cargadas para llevarlas al atrio cada homilía dominical, como por ejemplo el pasado viernes 26 de julio, para celebrar el Día de Santa Ana.

No es la primera vez que los pobladores de Santa Ana tienen este problema, luego de que en 2010 iniciaron una cruzada para obtener recursos, ya que desde entonces el templo estaba dañado.

Luego de la intensa presión que hicieron los vecinos, finalmente en 2011 lograron recursos para componer los desperfectos de una de sus cúpulas, que mantuvo por años sus celebraciones entre vigas apuntaladas.

Pero llegó el sismo de 2017 y el templo no solo se volvió a dañar, sino que quedó peor, dejando al desnudo el mal trabajo que se hizo en la primera reparación.

Ahora, a diferencia de hace casi 10 años, pacientes esperan una respuesta de autoridades a la que le hacen las solicitudes solo por medio de oficios, los que aún no tienen respuesta.

El festejo

El párroco de la iglesia, Isaac Román Valdés, en entrevista a Intolerancia Diario, informó que se han metido las solicitudes al INAH, pero no hay fecha para que se apliquen recursos del Fondo Nacional de Desastres (Fonden).

Indicó que simplemente, con ayuda de feligreses, se le pone capas de impermeabilizante a las cúpulas, para evitar más filtraciones y más daños.

“La fiesta la hacemos en el atrio, desde que llegue en febrero me fue entregado así el templo y ahora estamos esperando las indicaciones del INAH que nos va dando, ya que al ser un monumento no podemos hacer nada por nuestra cuenta”.

Sin importar la lluvia y frío, en las afueras de un templo dañado, cientos de feligreses celebraron a la imagen de Santa Ana en su día, entre cantos, rezos y agradecimiento.

Desde el sismo del 19 de septiembre de 2017, el templo de Santa Ana, ubicado en el barrio del mismo nombre en la ciudad de Puebla,  volvió a dañarse, pero ahora en sus tres cúpulas.

El peligro de colapso es constante, sin embargo, los devotos realizan cotidianamente sus festejos religiosos a las afueras de la iglesia considerada como patrimonio histórico.

A pesar de tener esa categoría, el templo está en abandono y no hay fecha para que el INAH, envié recursos para su reparación.

No es la primera vez que la iglesia ha estado dañada, luego de que hace más de ocho años, las misas se realizaban entre vigas y listones de peligro.

Incluso, en aquella época, se lograron recursos eclesiásticos para la reparación de una sola cúpula que se había dañado, por medio de presiones de los habitantes del barrio, por lo que se volvió a abrir totalmente la iglesia.

Sin embargo, ahora luego del sismo, tuvo que ser cerrada totalmente. Pero ahora ni siquiera pueden ingresar los feligreses, por lo que tienen que celebrar sus homilías a un lado en el atrio.

La fe

Según la creencia católica, las mujeres que tengan problemas para concebir o procrear un bebé, deben acudir a pedirle a Santa Ana que interceda ante Dios por el milagro de la vida, pero para ello tienen que barrerle en los costados del altar.

Una vez que barrieron con una pequeña escobita, todo lo juntado lo deben recoger y poner en una bolsita de tela, la que junto con un cordel se coloca en el vientre de la mujer, hasta que nazca el bebé.

Breve historia

El Barrio y el templo de Santa Anita fueron creados en 1546, cuando se realizó un asentamiento de indígenas tlaxcaltecas que llegaban a trabajar en la construcción de inmuebles y viviendas para la ciudad de Puebla.

Los tlaxcaltecas pidieron que se edificara el templo, ya que provenían de Santa Ana Chiautempan, por lo que pretendían venerar a la abuelita de Jesucristo y madre de la Virgen María.

Sin embargo, la iglesia es reconocida oficialmente como el templo del Señor de la Salud, cuya imagen se encuentra en el altar mayor, un Cristo crucificado moribundo y a sus pies están las imágenes de la Virgen María y el apóstol Juan.

La actual imagen del Señor de la Salud, data de diciembre de 1898 creada por Salvador Guevara, antes de esa fecha se veneraba a otra imagen que se quemó durante el incendió el altar mayor cuando estaba adornado con ceras y flores de papel.

El 4 de abril de 1863 el ejército francés cañoneó el templo de Santa Ana y, en consecuencia, quedó casi totalmente destruida la torre norte del templo, señala el informativo local Tonatiuh, dirigido por Margarita Carrasco Porras.

A 455 años de su fundación del templo, el 23 de noviembre del 2005, finalmente la iglesia alcanzó el título de parroquia.