Es el corazón de Cristo traspasado en la cruz por clavos transformados en amor, lo que veneramos como el Sagrado Corazón de Jesús; al recibir la eucaristía, creemos firmemente que ese corazón viene a latir con mucha fuerza dentro de nosotros, recordó el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa durante una inedita celebración del Víacrucis en Catedral, por la pandemia mundial generada por el Covid-19. 

 

 

Sánchez Espinosa pidió a los poblanos buscar en el camino de la pasión de Jesucristo, la serenidad, calma y paz que se necesitan en estos momentos críticos de incertidumbre por el temor de contagiarse por el Coronavirus. 

Después de oración en silencio de hinojos ante el altar, el arzobispo se puso  de pie para la liturgia de la palabra en la que se leyó un pasaje del libro de Isaías, se recitó el salmo, se leyó la Carta a los hebreos y el Evangelio de San Juan que recuerda la Pasión de Cristo.

En la oración universal de los fieles, el arzobispo elevó una especial petición por los enfermos de Coronavirus. 

"Dios omnipotente y eterno, singular protector de la enfermedad humana, mira compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta epidemia; alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes los cuidan, acoge en tu paz a los que han muerto y, por todo el tiempo que dura esta tribulación, haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia; Por Jesucristo, nuestro Señor, amén".

Luego realizó la adoración de la cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo. "¡Venid a adorarlo!”.

Desde la Catedral Metropolitana de la Angelópolis, monseñor pidió orar por todos las mujeres, hombres y sacerdotes que han perdido la vida por este virus. 

"Si el cordero de Dios del hombre vive en el cielo inmolado, pero de pie, también su corazón comparte el mismo estado; es un corazón traspasado pero viviente; eternamente traspasado, precisamente porque está eternamente vivo por nosotros”.

El arzobispo Vítor Sánchez vestido de rojo y blanco caminó esta vez por el interior de la Basílica Metropolitana, sin el clásico parasol y sin la compañía de la multitud por las principales calles de la Angelópolis que este año no recibieron visitantes de la Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala, Querétaro, Oaxaca, Estados Unidos, Asia y  Europa por la pandemia, explicó que el corazón de Cristo y la Cruz son sinónimo de una vida y de unión con el prójimo, que ahora necesita de nuestras oraciones, reiteró.

Víctor Sánchez detalló que el  cuerpo de Jesucristo, existe en una dimensión distinta a la de su paso por el planeta al ser real y mística.

Durante esta XCVIII edición inédita de la Procesión de Viernes Santo a los feligreses y visitantes, que se quedaron con las ganas de venir a Puebla, pidió orar para calmar el espíritu atormentado por esta crisis del Covid-19.