Los asilos de ancianos que hay en Puebla quedaron blindados para evitar algún posible contagio por COVID-19, y sus familiares solo pueden tener contacto con ellos vía telefónica o por video, además de que se reforzaron las medidas de sanidad para el personal que los atiende, mismo que debe cumplir con los protocolos internacionales.

Mientras en España a causa del coronavirus murieron en un mes 4 mil 200 personas que vivían en residencias para ancianos, en el caso de Puebla no se registra un solo deceso gracias a las medidas de prevención que tomaron los encargados, quienes en un acuerdo se decretaron el aislamiento desde el pasado 20 de marzo, y la vigilancia epidemiológica se mantiene.

De acuerdo a entrevistas con los encargados de las residencias para ancianos, se ha podido concientizar a los adultos mayores sobre el riesgo que se correría para todos en caso de que se presentara un solo contagio, ya que se trata de un grupo de alto riesgo

En entrevista, el director del Asilo Particular de Ancianos conocido como Santa Inés, Miguel Espinosa de los Monteros, comentó que en ese lugar ubicado en la 9 Poniente 309, habitan en estos momentos 39 personas, de las cuales son 27 mujeres, con edades que van de los 70 a los 109 años.

Recordó que el asilo fue fundado en 1879, y ha buscado desde que se declaró la pandemia que todo marche adecuadamente.

“Hemos tomado medidas estrictas con las personas que tienen por una urgencia tienen que acudir, y si es realmente urgente deben pasar por un filtro para limpiarse los zapatos, desinfectarse las manos, usar cubre bocas, sin que puedan tener el contacto con los abuelitos”

Explicó que es la orden de Las Siervas del Sagrado Corazón y de los pobres, quienes están atendiendo a las personas, además del personal médico, garantizando la salud de los ancianos.

Cerrado el Centro Gerontológico

Espinosa de los Monteros explicó que el patronato también coordinan el Centro Gerontológico de Dia, ubicado en la 9 Poniente 512, donde se da atención a las personas mayores cuyos familiares tienen que trabajar durante el día, pero las instalaciones tuvieron que cerrarse.

Explicó que se valoró el riesgo que se corría debido a la movilidad de las personas y, siguiendo la recomendación de las autoridades, el servicio se suspendió.

Comentó que lo que se busca en el centro es que se mantenga la vida familiar, y que el adulto no esté solo, que tenga actividades durante el día.

Precisó que ahí se sigue el calendario escolar, por ello en temporada de vacaciones también se cierra, ya que sus familiares pueden atenderlos.

Festejo a distancia

Sobre la celebración del 10 de mayo, dijo que las abuelitas no han perdido el contacto con sus familiares, se mantienen en comunicación, ya sea telefónica o por video, y han comprendido que deben protegerse.

Señaló que es triste que el festejo vaya a ser a distancia, pero lo importante es mantener la salud de las personas, que cuando se levante la contingencia no solo sus familiares, sino la sociedad que acostumbra a visitarlas llegue.

Cáritas blindado

El director de Cáritas Puebla, Manuel Pérez, señaló que desde el 20 de marzo se cerró el lugar tras un acuerdo con el patronato de la fundación, a fin de proteger a las personas que ahí viven, algunas de ellas rebasan los 90 años de edad.

Sostuvo que nadie tiene acceso, solo la doctora, enfermeras y personal que atiende áreas básicas como la cocina, y mantenimiento, pero tienen que cumplir con los protocolos que se establecieron durante la pandemia

Dijo que gracias a ser estrictos no se ha presentado ningún caso de COVID-19 entre los adultos mayores.

Advirtió que en caso de que alguna persona comenzara a presentar fiebre u otros síntomas, el protocolo es que será llevado al área de fisioterapia, donde una enfermera prácticamente vivirá con ella, y se mantendrá aislada.

La imprudencia

De los incidentes que se han presentado, dijo que una mujer llegó con la policía exigiendo ver a su mamá, y la respuesta fue “señora puede venir con el ejército, pero su mamá está aislada, y no se le expondrá a ningún riesgo".

Manuel Pérez insistió en respetar las medidas que se han aplicado y evitar que se repitan casos como Italia y España, donde gran parte de los decesos ocurrió en las residencias para ancianos.