De los 217 municipios del estado de Puebla, 179 carecen del estudio de Atlas de Riesgos, entre ellos el municipio de Juan C. Bonilla, donde se encuentra ubicado el socavón. Así se apreció en el reporte titulado “¿Cómo vamos con los Atlas de Riesgos en México?”, elaborado por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim).

Lo anterior representa apenas el 17.5 por ciento de la totalidad de los municipios. El estudio, además reveló que zonas como Huauchinango cuenta con Atlas de Riesgo desde 2005, pero éste no ha sido actualizado en los últimos 16 años.

Lo mismo pasa con las localidades de Nealtican, San Pedro Cholula, Cuautlancingo, Teziutlán, Huejotzingo y Chichiquila, municipios que cuentan con atlas a partir de 2015.

Para el Igavim es urgente diseñar, instrumentar y actualizar este tipo de ordenamientos en el país, que provean los indicadores de cambio climático y las necesidades indicadas en la Agenda 2030 para promover una adecuada gestión integral del riesgo.

Los estudios de los municipios que sí tienen Atlas de Riesgos tienen antigüedades diferentes, desde 2005, hasta 2016, aunque el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) recomienda actualizarlos cada tres años.

El socavón

En el municipio de Juan C Bonilla, se carece del estudio que advierta de riesgos a los que se enfrentan los casi 25 mil habitantes.

En la localidad se concentra un corredor de fábricas, el aeropuerto internacional, el Gasoducto Morelos, la embotelladora Bonafont y empresas proveedoras de la Volkswagen y Audi.

En tanto, el Consejo Nacional de Protección Civil advirtió que en el municipio de Juan C. Bonilla existen 10 zonas altamente susceptibles al deslizamiento de laderas durante la temporada de lluvias, además que esto podría generar reacomodos y colapsos de la tierra.

El Cenapred y el Consejo Nacional de Protección Civil advirtieron de al menos 10 zonas con alta susceptibilidad a deslizamiento de laderas, que puede derivar en reacomodos y colapsos de la tierra en Juan C. Bonilla.

Los deslizamientos de laderas son los más frecuentes en el país y su tasa de mayor ocurrencia es en la temporada de lluvias, pero también pueden ocurrir durante sismos intensos, erupciones volcánicas y por actividades humanas como cortes, colocación de sobrecargas (viviendas, edificios y materiales de construcción), escurrimientos, filtraciones de agua, así como excavaciones.

La ley

El artículo 86 de la Ley General de Protección Civil señala que, en el Atlas Nacional de Riesgos y en los respectivos Atlas Estatales y Municipales de Riesgos, deberán establecerse los diferentes niveles de peligro y riesgo, para todos los fenómenos que influyan en las distintas zonas.

Este tipo de instrumentos deberán ser tomados en consideración por las autoridades competentes, para la autorización o no de cualquier tipo de construcciones, obras de infraestructura o asentamientos humanos.