La vida de Felipe Carpinteyro Aguilar, cambió drásticamente cuando fue lesionado por tres disparos en un asalto cuando salía del banco.

Ahora, apenas a un año cuatro meses de distancia, el incidente puede cambiar la vida de futuras víctimas de delitos, quienes están totalmente desprotegidos, mediante la llamada “Ley Carpy”.

En entrevista para Intolerancia Diario, el ahora activista relata el viacrucis que ha pasado desde el día que fue baleado por delincuentes para arrebatarle dinero en efectivo.

Y es que no sólo las lesiones físicas le dejaron huella, sino las psicológicos y además las económicas no solamente lo han dañado a él, sino a todo su entorno familiar.

Desde entonces, confinado a una silla de ruedas al perder la movilidad de la cintura para abajo, continúa pagándose tratamientos altamente costosos, los que aunque ha recibido alguna ayuda, no ha sido suficiente.

De este modo surgió la llamada “Ley Carpy”, la cual por medio de la iniciativa presentada por el diputado local Oswaldo Jiménez, se pretende que las autoridades se hagan cargo de los gastos que deriven de un hecho delictivo, sobre todo médicos.

El suplicio o calvario

El 1 junio de 2022, Felipe Carpinteyro estuvo en las puertas de la muerte, tras ser baleado tras retirar dinero a una sucursal bancaria en la colonia Xilotzingo.

Después, sus agresores fueron capturados y forman parte de la banda de «Los Cuasi», en Puebla.

Pero desde ese momento, tuvo que entrar se urgencia a la sala de operaciones en el Hospital de Traumatología del Sector Salud estatal.

El joven de ahora 32 años de edad, recibió tres balazos que le dañaron un riñón, parte de un pulmón y diafragma, además de perder la movilidad de la cintura hacia abajo.

“Hasta eso no me resistí”, dijo al recordar los momentos en que decidieron atenderse en un hospital público, donde le realizan tres operaciones para salvarle la vida.

“En las tres (operaciones) les dijeron a mis familiares que se despidieran de mí, porque era poco probable que saliera”, dijo al recordar que tiempo después hubo quien le dijo que era mejor haber muerto que cargar el problema de salud y todo lo que acarrea.

Para una de las operaciones pidieron 100 mil pesos, cantidad muy fuerte que no contaban los familiares, por lo que tuvieron que pedir prestado en distintos lugares.

“Te acaban de asaltar y todavía tienes que pagar 100 mil pesos para salvar tu vida”, recordó.

Posteriormente empezaron a surgir más gastos, debido a que al no poder moverse por estar conectado a mangueras y aparatos, le empezaron a surgir ulceras, para lo cual se tenia que gastar en medicamentos.

Indicó que autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) nunca se acercaron del centro de protección a víctimas de delitos, para apoyarlo.

“Incluso la FGE me estaba cobrando el corralón de mi camioneta más de 20 mil pesos”, recordó, al señalar que finalmente no lo pagó al ser ayudado por medio de presión mediática.

-¿Entonces todos los gastos corrían por tu cuenta y de tu familia?

-Si, todos, nos empezamos a endeudar más, otra cirugía por la ulcera. Luego surgieron otros gastos, por el problema psicológico que me trajo, despertaba con mucho pánico, medicamentos para dormir, los cuales hasta la fecha tomo.

“El médico legista me acuerdo mucho que nos dijo, les hubiera salido más barato matarte que como te dejaron, más barato para tu familia que te hubieran matado”.

“Suena cruel, pero es la realidad”, dijo al señalar que finalmente su incidente puede servir a mucha gente si se aprueba la legislación.

Gastos, orinada a 50 pesos

Recordó Felipe que recientemente que fue al Congreso estatal, una diputada se le acercó para pedir perdón porque el Estado le había fallado en no dar la seguridad que necesitaba para poder vivir tranquilo.

“Le dije, me fallaron dos veces, porque ni me brindaron seguridad, ni salud, un programa de salud adecuado. Eso es lo que busca la ley (Carpy)”.

Indicó que ahora está limitado en por ejemplo, conseguir trabajo, aunque gracias a que el gobernador Sergio Salomón lo ha apoyado, le fueron abiertas las puertas de Sicom, para tener un programa de radio.

“Estaba analizando que en mi caso por ejemplo, hasta ir al baño me cuesta dinero, para orinar gasto 50 pesos cada vez, porque tengo que sondearme, tengo que comprar sondas, mangueras y lubricante”.

“Es injusto, por ejemplo, ya de por vida cada vez que tenga que ir al baño, tengo que gasta 50 pesos”, señaló como el gasto más pequeño que tiene.

Felipe aún requiere de atención médica, por lo que precisa de la donación de sábanas, pañales, gasas, objetos para su bazar y cualquier apoyo.

Para ello, dispone de la cuenta bancaria de cheques 0866724775 de Banorte, a nombre de Felipe Carpinteyro, o bien, puedes contactarlo vía Facebook como Felipe Carpy y a través de correo electrónico [email protected]

La ley

En la charla, Felipe al rememorar todo el camino que ha pasado desde el asalto, indicó que todos los gastos son los que la “Ley Carpy” busca que el gobierno absorba de víctimas de un delito.

Dicha iniciativa busca garantizar que las víctimas de la delincuencia que sufran secuelas tengan garantizado el apoyo del estado.

Fue presentada en el Congreso de Puebla, el 1 de junio de 2023, justamente a un año del asalto.

Se pretende en concreto que los Servicios de Salud de Puebla aseguren la atención, rehabilitación y medicamento de forma permanente y gratuita a las víctimas.

Ahora, la Ley Carpy, tiene que pasar por el proceso legislativo al interior del Congreso de Puebla.

“Espero que si se apruebe, porque realmente si va a ayudar mucho, son gastos que para nosotros nos quitan literal los pocos recursos que podemos obtener, cuando ya estamos en una situación como la mía”, dijo al hacer un llamado a los legisladores.