Al recordar la violencia que "vivimos en Puebla, cada vez más cercana a nuestro entorno", el obispo auxiliar del arzobispado poblano, Francisco Javier Martínez Castillo, realizó una oración especial por el eterno descanso de los policías de la SSC del ayuntamiento de Puebla, Alejandro Osorio Santellán y Edgar de Jesús Popoca Gutiérrez, quienes murieron en cumplimiento de su deber.
El asesinato de los municipales ocurrió la noche del sábado previo, cuando esperaban el arribo de su jefe, Gustavo Alonso Zapata, quien esa misma noche presentó su renuncia a la titularidad de la subsecretaría de Operatividad Policial de la corporación.
Desde la Catedral Metropolitana de Puebla, pidió también por las familias de los policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
"Oremos por los policías municipales que perdieron la vida en el cumplimiento de su deber en Puebla, como consecuencia de la tragedia de la violencia que vivimos, pudimos por Edgar de Jesús Popoca Gutiérrez y por Alejandro Osorio Santellán".
Además cuestionó cómo se puede entender que las personas buenas vean un panorama acostumbrado a tantos asesinatos, femenicidios, desapariciones, enfrentamientos y balaceras.
Pidió a la comunidad a no acostumbrarse y a normalizar la violencia que se vive cotidianamente en Puebla y México.
"La violencia que vivimos en nuestros entornos, cada vez más cercanos, cada vez más frecuente; cuando existe un principio que nos impulsa a respetar y a promover las mejores condiciones para la vida de la que no somos dueños y por lo tanto no podemos disponer de ella a nuestra conveniencia o intereses particulares, como el económico, que dicho sea de paso, es la verdadera causa de tantos atentados en contra de la vida".
Subrayó que la población de Puebla y del territorio nacional tampoco puede normalizar ni contabilizar la violencia que crece a pasos agigantados
"La violencia que crece a pasos agigantados, nos rodea por todos lados y nos mantiene con el alma en vilo cuando somos hijos del Dios de la paz".
Martínez Castillo acentuó que la paz nace de la justicia, que en Puebla y México, casi pasa desapercibida.
"Esta paz que nace de la justicia, crece de la fraternidad, vive en la fraternidad e impulsa a vivir en la verdad como dice el Papa Francisco".
Refrendó que la violencia se recrudece porque es más fácil imponer "nuestros" criterios a costa de los demás, a costa de los más necesitas para obtener objetivos personales o para satisfacer "nuestros" gustos": "Qué gran atentado a la dignidad y a la inteligencia de las personas".
"Me da miedo y profundo dolor, cuando escucho hablar a las personas confabulandose para hacer el mal, como algo tan natural, sin tomar en cuenta que la otra persona, es hermano, es presencia de Dios".