Con el eco aún resonando de la Semana Santa, el Barrio del Artista en Puebla se transformó en un escenario vibrante donde la tradición, el arte y la crítica social se fundieron en la Quema de Judas como cada año.

Seis muñecos colgaron de postes, balanceándose al viento. Este año, los “judas” incluyeron a figuras como Donald Trump, criticado por sus políticas migratorias y arancelarias, Vladimir Putin, alusivo a conflictos internacionales, y Benjamin Netanyahu, señalado por controversias globales.

No faltaron los muñecos con los nombres de Claudia Sheinbaum, Alejandro Armenta y Pepe Chedraui e incluso de cantantes de narcocorridos y logotipos de medios de comunicación, todos caricaturizados con sátira mordaz.

El ritual realizado cada Sábado de Gloria, este 2025 reunió a cientos de poblanos y visitantes en un espectáculo lleno de color, música y fuego, donde las figuras de cartón representan mucho más que la traición bíblica de Judas Iscariote.

El ambiente en el Parián fue festivo con olor a pólvora se mezclaba con el de los antojitos: tacos, gorditas y elotes.

Niños con globos y turistas con cámaras se aglomeraban en las calles empedradas, ansiosos por ver el desfile de efigies.

La Quema de Judas en Puebla, con más de 80 años de historia, trasciende su origen religioso.

Los asistentes gritaban “¡Qué ardan!” mientras señalaban las figuras. “¡Ese es el que nos subió los impuestos!”, bromeó un joven ante la efigie de un político. Cada muñeco, relleno de pirotecnia, aguardaba su turno para arder.

Las figuras se encendieron una a una, con el crepitar de la pólvora resonando entre vítores. El muñeco de Trump explotó primero, seguido por Putin y los demás, consumidos por llamas ante la emoción de la multitud.

Aunque la Arquidiócesis de Puebla destaca que la quema simboliza el triunfo del bien, su carácter laico la convierte en una fiesta comunitaria.

Los artesanos del Barrio del Artista, liderados por figuras como Gregorio Arias, trabajaron semanas en muñecos de hasta tres metros. “Cada uno lleva horas, pero la reacción del público lo vale”, dijo.

Cuando el último muñeco se redujo a cenizas, la música continuó, y el Barrio del Artista recuperó su calma, listo para renacer en 2026 con nuevas figuras que ardan con las historias de Puebla.