Tras el fallecimiento del papa Francisco, la Iglesia Católica se prepara para la elección de su sucesor mediante el tradicional cónclave, un proceso que combina siglos de historia, rituales solemnes y estrictas normas de confidencialidad.
¿Qué es el cónclave?
El cónclave es la asamblea en la que los cardenales de la Iglesia Católica eligen al nuevo papa.
La palabra "cónclave" proviene del latín cum clave, que significa "bajo llave", haciendo referencia al aislamiento total en el que se desarrolla el proceso dentro de la Capilla Sixtina del Vaticano.
Durante este periodo, los cardenales electores permanecen incomunicados del mundo exterior, sin acceso a teléfonos, internet ni medios de comunicación.
¿Quiénes pueden votar?
Solo los cardenales menores de 80 años al momento de iniciarse la sede vacante tienen derecho a participar en el cónclave. Actualmente, hay 135 cardenales electores, aunque la normativa tradicional establece un máximo de 120 participantes; sin embargo, este límite ha sido superado en ocasiones recientes.
¿Cómo se desarrolla la elección?
El proceso comienza con una misa llamada Pro Eligendo Pontifice. Posteriormente, los cardenales se trasladan a la Capilla Sixtina, donde realizan hasta cuatro votaciones diarias (dos por la mañana y dos por la tarde).
Cada cardenal escribe en secreto el nombre de su candidato en una papeleta y la deposita en una urna. Para que un candidato sea elegido, debe obtener una mayoría de dos tercios de los votos.
Si después de varias rondas no se alcanza un consenso, se pueden realizar pausas para la oración y la reflexión. En caso de que el estancamiento persista, se considera una segunda vuelta entre los dos candidatos con más apoyo, y gana quien obtenga la mayoría de votos.
¿Qué significan las fumatas?
Después de cada ronda de votación, las papeletas se queman en una estufa especial. Si no se ha elegido un nuevo papa, se añade una mezcla química que produce humo negro (fumata negra), indicando que la elección continúa. Cuando un candidato es elegido, se utiliza una mezcla diferente que genera humo blanco (fumata blanca), señalando al mundo que hay un nuevo pontífice.
¿Qué sucede tras la elección?
Una vez que un cardenal acepta su elección como papa, el decano del Colegio Cardenalicio le pregunta con qué nombre desea ser conocido.
Luego, el nuevo papa se viste con la sotana blanca y es presentado al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro con la tradicional proclamación: Habemus Papam ("Tenemos Papa"). Posteriormente, imparte su primera bendición apostólica.
Este proceso, cargado de simbolismo y tradición, asegura la continuidad del liderazgo espiritual de la Iglesia Católica y es seguido con expectación por millones de fieles en todo el mundo.