El primer viaje de San Juan Pablo II para inaugurar la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano acompañado de su discurso por ser la guía de su papado, la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de San Pablo V, y las intuiciones y opciones proféticas de la Conferencia de Medellín para, en Puebla, dar un paso más adelante en el camino de la Iglesia latinoamericana hacia su madurez, son los tres puntos atesorados por el entonces sacerdote Jesuita, Jorge Mario Bergoglio.
A la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, desarrollada en Puebla, en 1979, el Papa Francisco no asistió, pero la siguió muy cerca, a través de los medios informativos de la iglesia cristiana que se apersonaron en ese año en el corazón de la Angelópolis.
Bergoglio, en esa época setentera y en los primeros años de la década ochentera, se desempeñaba como el Superior de la Compañía de Jesús en Argentina.
En sus memorias, el Papa Francisco revela que los relatores, que en ese lejano 1979 que se presentaron ante el ahora Santo San Juan Pablo II, fue como también se enteró de los hechos que ocurrían en la trascendental Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, convocada por el entonces Papa viajero, como se le conoció en México también.
Señaló que, como Papa Francisco, recibió a los relatores y organizadores del congreso para celebrar los 40 años de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla de los Ángeles.
"Seguí con mucha atención e interés todo el intenso y apasionado proceso de preparación de esa tercera Conferencia. Tuve presente tres hechos sobresalientes que, sin duda, iban a encaminar el evento", subraya el sacerdote Jesuita.
El congreso se realizó en la Curia General de los Jesuitas en Roma, fue organizado por la Pontificia Comisión para América Latina y el Pontificio Comité de Ciencias Históricas.
Francisco, en sus relatos sobre la conferencia, insiste que la decisión de San Juan Pablo II de realizar su primer viaje apostólico a México y su discurso inaugural de la Conferencia, estableció claramente los caminos para su desarrollo.
Matiza que ese discurso marcó parte de su visión sobre la Iglesia fraterna, social, humana y extremadamente ligada a las personas, sin distingos ni preferencias sociales.
"El discurso de San Juan Pablo II fue como la inauguración de su largo, itinerante y fecundo pontificado misionero".
Puntualizó que el segundo hecho que le pareció fundamental desde el principio de la preparación de la Conferencia fue tomar la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de San Pablo VI como telón de fondo y fuente de referencia para toda su realización.
Jorge Mario Bergoglio insiste que no pocas veces ha repetido que la Evangelii nuntiandi es un documento decisivo, de gran riqueza, en el camino postconciliar de la Iglesia. "Siguiendo su estela y junto con el Documento de Aparecida, vino la exhortación apostólica Evangelii gaudium".
El tercer punto de la Conferencia poblana que marcó el pensamiento del sacerdote Jesuita fue tomar como proyección las intuiciones y opciones proféticas de la Conferencia de Medellín para, en Puebla, dar un paso más adelante en el camino de la Iglesia latinoamericana hacia su madurez.
"Sé que ustedes (los relatores) están estudiando con proyección los contenidos de la Conferencia de Puebla"
Además, algunos temas de la Conferencia poblana como el de la novedad de una autoconciencia histórica de la Iglesia en América Latina; "una buena eclesiología que retoma la imagen y el camino del pueblo de Dios en el Concilio Vaticano II; una mariología bien inculturada; los capítulos más ricos y creativos sobre la evangelización de la cultura y de la piedad popular en América Latina; la crítica valiente del desconocimiento de los derechos humanos y libertades en aquellos tiempos que se vivían en la región y las opciones por los jóvenes, los pobres y los constructores de la sociedad".
Fecha importante
La III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano fue inaugurada por Juan Pablo II el 27 de enero de 1979 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. La reunión comenzó un 28 de enero, con 356 participantes, para reflexionar sobre el tema: La Evangelización en el presente y en el futuro de América Latina
No hay favoritos en El Vaticano
La elección del nuevo papa se desarrollará después del martes seis de mayo, a través de las dos terceras partes de una votación de 133 cardenales menores de 80 años, advirtió el sacerdote poblano, Francisco Sampieri, después de aclarar la inexistencia de favoritos para suceder al Papa Francisco.
De acuerdo a reportes informativos de Ciudad del Vaticano, el cardenal de Bosnia Vinko Puljić y el arzobispo emérito de Valencia, Antonio Cañizares, renunciaron a participar en el Cónclave por motivos de salud.
El también estudiante de Teología en Roma, reveló a Intolerancia Diario que actualmente viven en Roma cinco sacerdotes y tres diáconos poblanos, quienes viven con una emoción indescriptible este proceso de sucesión papal.
Recordó que la Ley de la Iglesia prevé que 15 días después de la muerte del papa se convoca al Cónclave, con ese grupo de cardenales para comenzar a definir al nuevo pastor de la Iglesia universal.
Francisco Sampieri insistió que ni en El Vaticano ni en el seno de la iglesia cristiana existe un candidato preferido, como sí los hay en todos los medios de comunicación de Europa, Asia y el continente Americano.
Acentuó que la sucesión papal no es como una quiniela de fútbol gigantesca, como tratan de inducir varios medios informativos dando a sus preferidos para generar expectación y hasta conflictos entre cristianos que habitan en los países del globo.